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Las futuras residencias de Galicia deberán estar diseñadas para un máximo de 150 usuarios y dividirse en módulos o "unidades de convivencia" de hasta 25 personas, que serán seleccionadas "por sus preferencias antes que sus grados de dependencia". Así lo ha presentado este martes la conselleira de Política Social, Fabiola García, y recoge Europa Press.
Capacidad máxima para 150 usuarios, unidades de convivencia de hasta 25 personas, habitaciones "inteligentes", un consejo asesor para cada centro con representantes de familiares y una "vía rápida" de acceso a las urgencias sanitarias son algunas de las claves que incluye el nuevo modelo de residencias de mayores de Galicia que ha diseñado la Xunta.
Tal y como ha explicado la conselleira, estas medidas, que deberán ser observadas por todas las instalaciones –públicas y privadas– de nueva creación y las que sean objeto de reforma en el futuro, buscarán dar un "giro radical" a este servicio en la Comunidad gallega.
La conselleira ha comenzado su intervención comparando la red residencial de Galicia con la Catedral de Santiago, un templo "sólido y hermoso" pero que con el tiempo se fue "desgastando", por lo que precisa "una regeneración total" para "seguir sirviendo". Esta necesidad de cambio se vio más urgente con la irrupción de la covid, que generó "una presión interna y externa sin precedentes" en los geriátricos.
Por esto mismo, la Xunta conformó hace un año un comité de asesores sociosanitarios para elaborar esta hoja de ruta que la conselleira ha presentado este martes en el Parlamento como una propuesta "ambiciosa, audaz y sensata", pero sobre todo "de consenso", que pondrá a Galicia a "liderar la gran reforma" del sistema en Europa.
En concreto, la propuesta del comité está dividida en cuatro pilares: más humanización en el trato y formación continuada para los trabajadores; el aprovechamiento de la tecnología; una mejor coordinación con el Servizo Galego de Saúde (Sergas); y reformas estructurales.
Máximo de 150 usuarios
Con respecto a estas últimas, que se empezarán a aplicar en todas las residencias de nueva construcción --entre ellas, las que promueve la Fundación Amancio Ortega en las siete ciudades gallegas--, se contempla el tope de 150 usuarios que estarán repartidos en hasta seis módulos o "minirresidencias" de 25 personas seleccionadas "por sus preferencias antes de por sus grados de dependencia", según ha puntualizado Fabiola García.
Además, estas "unidades de convivencia" estarán decoradas tal y como estaban los domicilios de los residentes y minimizarán la rotación del personal entre ellas para poder "salvaguardar la intimidad".
En esta misma línea, los módulos no podrán servir de zona de paso a otros y todos ellos contarán con acceso directo a zonas comunes del complejo. No en vano, se recomendará que las residencias estén "integradas" en los pueblos y ciudades.
Para personas que padecen deterioro cognitivo, los centros podrán contar con áreas de psicogeriatría, que ya estarán habilitadas en los que financia la Fundación Amancio Ortega.
Coordinación con el Sergas
En lo que respecta a la "mejor coordinación" con el sistema sanitario, la conselleira de Política Social ha agradecido "el compromiso" de su homólogo en Sanidade, Julio García Comesaña, y ha avanzado que serán los hospitales los que servirán la medicación a los centros de más de 90 plazas para "aliviar" la presión en Atención Primaria. De hecho, los que cuenten con personal sanitario contarán con "la última versión" de la receta clínica electrónica del Sergas, tal y como ha asegurado Fabiola García.
Asimismo, Galicia habilitará unas unidades de cuidados intermedios para pacientes que, si bien ya recibieron el alta del hospital, todavía requieren acompañamiento social para retomar la vida autónoma y evitar su ingreso en un geriátrico.
La conselleira también ha avanzado la creación de "vías rápidas" para acceder a las urgencias y a los hospitales de día, así como la puesta en marcha de un código específico en la centralita del 061 que dará prioridad a los centros.
Residencias más humanizadas
En el apartado de humanización, el nuevo modelo tendrá el objetivo de respetar la "dignidad e intimidad" de los usuarios. Entre las medidas estará el destierro de las sujeciones "físicas y farmacológicas salvo en casos extraordinarios, justificados y siempre pautados por médicos". Además, los centros favorecerán las salidas de los residentes y facilitarán que las familias puedan entrar a las habitaciones y comer con ellos.
Los profesionales elaborarán con un plan de actividades "personalizado" para cada usuario que, teniendo en cuenta sus preferencias, le ayuden a conservar su calidad de vida y buena forma.
Otra de las novedades es la incorporación de un "consejo asesor" de carácter consultivo en el que estarán representados usuarios, familiares, profesionales y la entidad titular. Este órgano será obligatorio para las residencias de más de 100 plazas, pero la Xunta aconsejará a las más pequeñas que también lo incorporen.
También se pondrá en marcha una oficina de atención a nivel autonómico para residentes y familiares, y todos los geriátricos tendrán que contar un plan de formación continua de sus empleados.
"Habitaciones inteligentes"
Finalmente, en el apartado tecnológico, la conselleira ha asegurado que a lo largo de 2022 la Xunta "tranformará" los centros públicos para que sirvan de modelo para las iniciativas privadas.
Entre las principales novedades estarán las "habitaciones inteligentes" con sensores que avisarán si los mayores sufren alguna caída o deambulan de noche, aunque "por supuesto con respeto a la intimididad", según ha garantizado la conselleira.
El plan contempla asimismo un nuevo mecanismo de seguimiento --fuera y dentro del centro-- para que los residentes con deterioro cognitivo no se "desorienten", aparte de sistemas de ocio y de comunicación con sus allegados.
Todos estos avances, tal y como ha dicho la conselleira, ya están en marcha en la residencia pública piloto de A Estrada (Pontevedra), con "valoraciones excelentes" por parte de usuarios y trabajadores.