Qué significa el color blanco que podrían incorporar en algunos semáforos
Su uso estaría enfocado a la circulación de vehículos autónomos
Los semáforos son elementos esenciales en la regulación del tráfico urbano, contribuyendo significativamente a la seguridad vial. Estos dispositivos controlan el flujo de vehículos y peatones en intersecciones, garantizando un cruce ordenado y evitando accidentes. Al coordinar los tiempos de paso, los semáforos no solo reducen el riesgo de colisiones, sino que también mejoran la eficiencia del tráfico, disminuyendo la congestión en horas punta.
La caracterización de los semáforos es conocida universalmente: el rojo se utiliza para indicar "alto" o "pare"; el ámbar indica "precaución" o "advertencia", y el verde señala "avance" o "procede". Pero, ¿sabemos qué significa el color blanco que estudian incluir en los semáforos? En este artículo te lo explicamos.
Un estudio enfocado a los coches autónomos
La posibilidad de incluir el color blanco en los semáforos parte de un estudio llevado a cabo en la Universidad de Carolina del Norte, enfocado a la nueva incorporación de los coches autónomos a las carreteras.
Concretamente, la tonalidad blanca de la luz establecería un periodo en el que los vehículos autónomos procesan datos para adaptarse al tráfico. Al ver esta señalización, los y las conductoras serían alertados de que los coches sin conductor controlan el tráfico.
Esta práctica de dar el manejo del tráfico a los coches autónomos se llama paradigma del control móvil y su objetivo es, entre otros, reducir los tiempos en carretera.
Además, la luz blanca también sería de utilidad para los conductores y conductoras, pues les avisaría de que deben seguir al vehículo que llevan delante.
Todavía no es el turno de España
Sin embargo, cabe señalar que el estudio sobre la incorporación de luces blancas en los semáforos no se va a aplicar todavía en España. Los semáforos en nuestro país seguirán con los tres colores clásicos.
De hecho, y hasta el momento, la única señalización semejante en España es la que regula el tránsito de tranvías y autobuses, aunque esta consiste en una franja blanquecina sobre un fondo negro.
