Sociedad

El 'síndrome del teléfono apagado' amenaza a los parados sénior: "De repente, dejas de existir"

Pepa Montero

Foto: BigStock

Lunes 25 de septiembre de 2023

8 minutos

Cuatro de cada diez desempleados senior lo son de larga duración, denuncia Generación Savia

El 'síndrome del teléfono apagado' amenaza a los parados sénior: "De repente, dejas de existir"
Pepa Montero

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Lunes 25 de septiembre de 2023

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El trabajo, la carrera profesional, es uno de los factores clave en el ciclo de la vida, y por ello, cuando un trabajador es despedido, o no encuentra un nuevo empleo, o sufre paro de larga duración, se resiente el concepto que la persona tiene de sí misma y se daña la salud. Sobre todo, en el caso de los sénior, es muy frecuente que aparezcan problemas de salud mental, soledad y aislamiento social.

Es lo que se conoce como el síndrome del teléfono apagado, una sensación de invisibilidad laboral que afecta a un gran número de sénior desempleados que están inmersos en un contexto laboral complicado. "Ansiedad, depresión, pérdida del sentido de la identidad y reducción de la confianza y la autoestima son algunos de los efectos psicológicos que pueden desencadenar este síndrome", confirman los expertos de Generación SAVIA (@GeneracionSavia), que han detectado esta afección en muchas de las personas a las que asesoran desde hace cinco años.

"Los profesionales mayores de 50 años representan el 30,34% del paro total en España, tal y como revelan los datos de la última Encuesta de Población Activa. Además, cuatro de cada diez desempleados senior lo son de larga duración, es decir, llevan más de 12 meses en búsqueda infructuosa de empleo. Esta combinación de factores adversos hace que el colectivo sénior se halle especialmente expuesto al síndrome del teléfono apagado", asegura Óscar Fajardo, experto con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la empresa y colaborador de Generación SAVIA.

 

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Fajardo advierte de que la invisibilidad que experimentan los parados mayores de 50 no les afecta solo a nivel económico, sino mental y emocional. "Hemos creado una sociedad trabajo-céntrica en la que se produce una absoluta identificación entre el ser y el trabajar. La desaparición del puesto de trabajo implica también la desaparición de uno de los ejes más importantes en los que la persona apoya su identidad. La consecuencia es la pérdida de una posición clara en el mundo, el bloqueo por no tener claro hacia dónde ir", señala Fajardo.

Cuatro signos de que padecemos el síndrome

El síndrome del teléfono apagado puede afectar a la autoestima de las personas y tener efectos psicológicos, y en numerosas ocasiones, resulta fundamental "guiar a los profesionales sénior que se encuentran ante esta difícil situación, así como ofrecerles formación, pues esta invisibilidad laboral les puede afectar negativamente en su proceso de reinserción en un puesto de trabajo", advierte Elsa Novo de Miguel, responsable de proyectos en la Fundación Endesa.

¿Cómo detectar si padecemos esta afección? Los expertos de Generación Savia avisan de los más probables síntomas, en cuatro ámbitos: 

1. Ansiedad y depresión: la constante espera de una llamada o respuesta puede generar altos niveles de ansiedad. La incertidumbre sobre el futuro laboral y la falta de control sobre la situación pueden ocasionar síntomas depresivos en el sénior.

2. Autoestima y autoconfianza reducidas: la falta de respuestas o rechazos constantes puede socavar la autoestima y la confianza en las habilidades profesionales de una persona. Pueden surgir sentimientos de incompetencia y duda sobre su valía como profesional.

3. Aislamiento social: la falta de respuestas a la búsqueda activa de trabajo puede llevar a la persona a evitar el contacto con amigos y familiares, debido a la vergüenza o la sensación de no tener nada positivo que compartir.

4. Pérdida de identidad: la falta de empleo puede llevar a una pérdida de propósito vital, a una sensación de estar estancado en la vida.

El síndrome en primera persona: 3 casos reales

Uno de los casos con nombre y apellido que ponen de ejemplo en Generación Savia es el de Julio Estalella, un ingeniero que tras 27 años de trayectoria profesional vio concluir su carrera en el sector de la energía, y afrontó un momento de "grandes desilusiones", porque nadie le cogía el teléfono. No obstante, intentó buscar soluciones imaginativas, y de este modo, encontró un vídeo sobre cómo hacer la salsa de tabasco, lo que le llevó a fundar un negocio, Salsas Quietud, con el que ha logrado vender más de 10.000 botes en dos años.

Tras esquivar el temido síndrome del teléfono apagado, Estalella ha conseguido el segundo premio de la IV Edición de los Premios +50 Emprende, la iniciativa de Generación SAVIA y la productora 02:59 Films, que impulsa desde el año 2019 el talento sénior.

Por su parte, Ana Aceituno, coach ejecutiva, entrenadora de la calidad humana y colaboradora de Generación Savia, reconoce haber sufrido este síndrome y su impacto en la salud mental. "De repente, dejas de existir, pero aún no eres consciente plenamente de que esa etapa ha acabado para ti con todo lo que llevaba”. A su juicio, lo más importante es “tomar conciencia del cambio, adaptarte a la nueva situación en todos los aspectos, rehacer la autoestima, seguir adelante en tu nuevo trabajo: la búsqueda de empleo o establecerte por tu cuenta, por ejemplo, supone un trabajo interior muy intenso donde en esa travesía del desierto, más tarde o más temprano, sale a la luz tu propia capacidad de resiliencia”.

Otro ejemplo citado por Generación Savia es el de Verónica Larrat, participante del programa SAVIA Impulsa e ingeniera forestal con larga trayectoria internacional. Cuando decidió volver a España en 2021, ni empresas, ni anteriores contactos pudieron darle una oportunidad. “Después de haber postulado a tantas ofertas, he llegado a sentirme como invisible ante la falta de respuestas o ante las negativas”, confiesa.

Larrat tacha esta situación de surrealista. “Los medios reflejan la falta de profesionales cualificados en el mercado laboral, mientras la realidad indica que las empresas descartan a los perfiles jóvenes por falta de experiencia y a los seniors por exceso de ella y con diferentes excusas”. No obstante, no tira la toalla: "Esta es la realidad que nos toca vivir. Podemos verla como injusta, o como una realidad llena de oportunidades, y yo opté por la segunda opción”.

Soluciones: rutina diaria, metas realistas y deporte

Entre las soluciones para hacer frente a esta terrible sensación de invisibilidad, desde Generación Savia proponen mantener una rutina diaria, que proporcionará una estructura y ayuda para mantener la motivación, así como buscar apoyo social y proponerse metas profesionales realistas, en lugar de centrarse únicamente en esperar a que suene el teléfono con una oferta laboral. 

Por supuesto, abogan también por cuidar el bienestar emocional, mediante la práctica de aficiones, e integrar el ejercicio de modo regular.

Sobre el autor:

Pepa Montero

Pepa Montero

Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).

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