Hace cinco años, en febrero de 2017, fallecía el deportista juvenil Pablo Ráez, conocido por fomentar a través de sus redes sociales la donación de médula ósea como forma de salvar vidas. De hecho, el joven comenzó a concienciar a la población sobre esta necesaria práctica después de superar su leucemia una vez y volver a recaer.
"Deja de pensar en donar para mi, da igual si yo muero, yo solo soy un ser más que te intenta transmitir la realidad desde como yo la veo. Hay que concienciar al mundo para salvar a miles de personas no solo a mi, yo soy lo de menos", es uno de los tantos mensajes que escribía.
En concreto, Pablo Ráez padecía leucemia mieloblástica aguda, también conocida como leucemia mieloide aguda, leucemia mielógena aguda, leucemia granulocítica aguda o LMA. Aunque en ocasiones puede observarse en niños, es común en adultos, representando el 40% de todas las leucemias en el mundo occidental, según indica la Fundación Josep Carrera (FJC).
En España, su incidencia se estima en 15 nuevos casos por millón de habitantes y año, es decir, hay más de 900 diagnósticos de leucemia al año en adolescentes o adultos jóvenes, siendo la mediana de edad de los pacientes de 64 años, mientras que la mayoría de pacientes se sitúan en la franja de los 60-75 años.
Leucemia en adultos
Es el tipo más común de leucemia aguda en adultos, que se da cuando la médula ósea produce mieloblastos, unas células que, tras madurar, se convierten en granulocitos, células encargadas de la defensa del organismo contra las infecciones. "En la LMA las células de la línea mieloide (mieloblastos) proliferan de forma anormal invadiendo progresivamente la médula ósea, interfiriendo la producción de células normales de la sangre, lo que origina insuficiencia medular e infiltra tejidos extramedulares", explican desde la Fundación.
Señalan además que, en ocasiones, la LMA es la etapa final de otras enfermedades como los síndromes mielodisplásicos o los síndromes mieloproliferativos crónicos, y tienen una incidencia muy elevada entre pacientes con síndrome de Down o la Anemia de Fanconi, aunque también pueden aparecer años después de haber recibido quimioterapia y/o radioterapia para el tratamiento de otra neoplasia.
Síntomas y pronóstico
El carácter agudo de la enfermedad provoca que el intervalo entre los primeros síntomas y el diagnóstico sea inferior a 3 meses. Los síntomas de los pacientes con LMA son diversos en función del tipo de déficit que sufren; de glóbulos rojos (sensación de cansancio, debilidad, mareos, palidez); de plaquetas (hematomas, hemorragias de encías, nasales o de cualquier otro foco); de granulocitos (fiebre e infecciones).
También es posible que se observe un crecimiento de los ganglios linfáticos, el hígado o el bazo, así como dolores de cabeza, vómitos, somnolencia, nódulos diseminados o zonas de piel engrosada, inflamación de las encías, visión borrosa, o ceguera, entre otras.
El tratamiento de la leucemia mieloide aguda depende en cada caso del subtipo de la enfermedad, la edad, el estado general del paciente y la respuesta al tratamiento inicial. Su pronóstico varía igualmente en función de la edad y del subtipo de la LMA. Para las personas mayores, las LMA relacionadas con tratamientos previos o secundarias a una mielodisplasia o síndrome mieloproliferativo, el grado de leucocitosis inicial, la presencia de determinadas anomalías genéticas/moleculares, y la lentitud en la obtención de la remisión completa, entre otros, son factores que potencian un pronóstico desfavorable.
De esta forma, desde la FJC indican que "los pacientes jóvenes con leucemias de riesgo estándar que reciben un trasplante alogénico familiar o de donante no emparentado en primera remisión completa tienen una probabilidad de curación de hasta el 65-70 %, mientras que un paciente de edad avanzada, con una leucemia post-mielodisplásica o secundaria que no alcance la remisión completa con la quimioterapia de inducción, prácticamente no tiene opciones de curación".
"Animo a todas las personas que estéis en una dura batalla, animo a todas las familias que estés pasando una dura batalla, ánimo a los que hayáis perdido a un ser querido, todo pasará y todo llegará. La muerte forma parte de la vida por lo que no hay que temerla sino amarla", fue el último mensaje que escribió Ráez en sus redes sociales, pocos días antes de su fallecimiento.