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La despoblación en España "no es un fenómeno uniforme", según el Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol). El informe pone de relieve que entre 1996 hasta 2020, los municipios rurales de algunas comunidades autónomas han crecido, como es el caso de Madrid (45%), Murcia (34%) o Cataluña (31%). Mientras que en otras ha ocurrido lo contrario, caso de Asturias (-26,9%), Castilla y León (-19,7%), Galicia (-16,9) o Extremadura (-9,6).
Así se recoge en las conclusiones de este informe en el que, entre otras cosas, se ha analizado la evolución demográfica desde el año 1996 hasta el 2020, comprobando que existe esta desigualdad entre comunidades autónomas en el fenómeno de la despoblación.
En cuanto a municipios pequeños, el crecimiento se ha concentrado en el litoral mediterráneo y las islas, en torno a las capitales de provincia y grandes ciudades, y en los ejes principales de comunicación.
Por otro lado, el informe pone de manifiesto que el efecto de la pandemia en los flujos migratorios se ha traducido en una mejora del saldo de los municipios con menos de 10.000 habitantes en España, aunque ésta se explica más por el freno de éxodo de los municipios pequeños y rurales de más de 60.000 personas.
Brechas demográficas, económicas y actitudinales
La principal conclusión de este informe es que el fenómeno de la despoblación causa profundas brechas entre las regiones españolas, especialmente en materia demográfica, en cuanto a composición por género y edad; económica, en relación a empleo, generación de riqueza y productividad; y actitudinal, en términos de grado de confianza en las instituciones y satisfacción ante los servicios públicos.
En este contexto, el informe de EsadeEcPol pone de manifiesto diferencias entre las zonas rurales y las urbanas. Según su análisis, en las primeras, el porcentaje de población mayor de 65 años ronda el 40%, mientras que, en las segundas, este volumen cae al 28%. El porcentaje restante de mayores viven en ciudades pequeñas (32%).
En cuanto al género, en las ciudades la proporción se sitúa en 95 hombres por cada 100 mujeres, mientras que en las zonas rurales el número de varones crece hasta 102.
En cuanto al punto de vista económico, mientras que en las zonas urbanas concentran más del 65% del empleo y son capaces de generar más del 66% del PIB español, las rurales congregan menos del 2% del empleo generando cifras similares en PIB.
El informe también detecta divergencias en cuestión de actitudes frente a las instituciones democráticas, con mayor descontento entre las zonas rurales, y en el grado de satisfacción con los servicios públicos. En este sentido, las zonas rurales se muestran menos satisfechas con los servicios sanitarios y de transporte, pero más satisfechas con la educación que las zonas urbanas.