Yolanda Martínez lleva desaparecida desde el pasado 31 de marzo. La joven se fue a buscar trabajo en San Nicolás de los Garza (Monterrey) y desde entonces nadie la ha vuelto a ver. La Fiscalía de Nuevo León cree que la joven se fue por voluntad propia, y por eso no ha activado ningún dispositivo de búsqueda.
Sin embargo, Gerardo Martínez, padre de la joven, no está dispuesto a dar por buena la teoría de las autoridades, y lleva ya 27 días buscando a su hija, sin ningún tipo de ayuda: "Aquí encerrado no se acuerdan de mí, se les olvida mi caso, yo no quiero que se les olvide, prefiero que digan ahí va el señor otra vez, ahí va otra vez en la calle", se lamenta en una entrevista a El País.
El hombre está viviendo los peores días de su vida, desde que su hija de 26 años saliera de casa a las 11:30 horas del 31 de marzo en busca de trabajo a una ciudad a 30 kilómetros de su casa.
Gerardo llama todos los días a las autoridades para saber si han encontrado alguna pista que indique el paradero de su hija, pero como la Fiscalía cree que se fue por voluntad propia, no se sabe nada de Yolanda.
Su padre ha explicado a los medios que la joven llevaba unos meses viviendo en su casa, donde reside junto con su hermano, su tío y su abuela en Juárez, mientras buscaba trabajo. Yolanda dejó su último trabajo porque no podía compaginarlo con el cuidado de su hija Fernanda, de tres años. Unos días antes de su desaparición, la joven se fue a casa de su madre en Constituyentes de Querétaro, para estar más cerca de su hija.
Yolanda y el padre de su hija tienen la custodia compartida, y cuando desapareció la joven, Fernanda se encontraba en casa de su progenitor.
El día que desapareció, Gerardo y su hija estuvieron en contacto hasta las 13:00 horas, cuando el teléfono de Yolanda dejó de estar activado. Aunque en un primer momento pensó que quizá se le había acabado la batería, al volver a llamarla horas más tarde, y darse cuenta de que seguía apagado, empezó a preocuparse: "Le mandé un WhatsApp: ‘¿Dónde estás? ¿Yola? Hey’. No me contestó. Mañana a lo mejor me habla, pensé", explica Gerardo a El País.
Pero la joven no contestó, y su padre se puso en contacto con la familia materna de su hija para saber si alguien sabía algo. Pero nadie sabía dónde estaba la joven.
El 4 de abril, Gerardo y su hijo decidieron denunciar ante la Fiscalía la desaparición de la joven: “Los agentes me dijeron: ‘Usted espérese en su casa, porque ahí va a llegar el grupo de búsqueda para ponerse de acuerdo y montar la estrategia’. Y yo pensé: ‘Qué bueno, en nada mi hija está aquí otra vez”, ha explicado.
Familiares y vecinos se están movilizando para encontrar a la joven
Pero tras estar toda la noche en vela y después de días sin saber nada, empezó a preocuparse: "Yo pensé que no hizo efecto mi denuncia o que se les olvidó, así que volví a llamar y me dijeron que siguiera en mi casa, que me fuera a trabajar, que yo ya había puesto la denuncia, que esperara. Y yo esperé, pero pasó toda una semana y ni el grupo venía, ni mi hija regresaba".
Fue entonces cuando Gerardo decidió empezar a repartir papeles con la fotografía de su hija por la ciudad. La familia también encontró un vídeo de la joven saliendo de una tienda donde imprimió varios currículums.
“Ahí se la tragó la tierra, ahí me la levantaron, me la desaparecieron, y yo siento que ya no está, ¿por qué? Porque son muchos días. Yo pensaba encontrarla inmediatamente, pero no lo logré. Ya vamos para un mes y están apareciendo personas que estaban desaparecidas sin vida. Y cada vez que dicen ‘un cuerpo encontrado’, todos los padres que andamos en la búsqueda quisiéramos que no fuera ninguna, pero tiene que ser una. Ha pasado con Debanhi y María Fernanda: no las buscaron a tiempo”, lamenta Martínez.
El hombre se ha recorrido la ciudad haciendo todas las combinaciones posibles que su hija puedo hacer ese día, para intentar localizar alguna cámara de seguridad que grabara a su hija ese día.
En los últimos días familiares y vecinos se han sumado a Gerardo para intentar encontrar a Yolanda: "Todo eso me reconforta, pero no me llena porque mi hija no aparece. No quiero que pase mucho tiempo y que no me alcance la vida para encontrarla, y yo quiero irme el día que la encuentre, porque si no, ¿cómo me voy? ¿Quién la va a buscar después? Nadie", lamenta el padre preocupado.
"Mi vida se ha quedado detenida en el 31 de marzo”, dice este hombre roto y amable. “No se extravía solo la persona, nos extraviamos todos, la familia, se pierde todo. Las cosas que tenía pendientes ya no son mis pendientes, lo que me preocupaba ya no me preocupa. Me arrebataron toda mi vida, y si mi hija no aparece: a mí ya no me interesa nada".
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.