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Tomás Gimeno, el padre de las niñas (Olivia y Anna) asesinadas en Tenerife, podría haber pensado en matar también a la madre, Beatriz Zimmermann. Así se ha dado a entender en el auto, según comenta La Razón en un artículo.
De esta manera, antes de presuntamente causar la muerte a sus hijas, el padre habría hecho que Olivia le enviase un mensaje a Zimmermann pidiendo que se personase en la casa de La Candelaria a las 21 h. –el día del parricidio– y que metiese el coche dentro, para que nadie la viese entrar. La razón por la que la madre debía acudir a la casa era, según el presunto parricida, para recoger unos cuadros de la “tata” y él sabía que si se lo pedía la hija, Beatriz, la madre, iba a acudir.
Con todo, Gimeno no asistió a la cita y, para esa hora, ya habría matado, presuntamente, a las niñas y se había marchado al puerto deportivo portando los cuerpos. Sin embargo, nadie sabe qué habría pasado si finalmente el padre hubiese estado en La Candelaria en ese momento, a las 21 h., tras matar a las niñas y con la madre presente ni por qué pensó en verla.
Y es que, antes de que sucediesen los presuntos asesinatos, el padre había amenazado varias veces a la madre y había adelantado que un día sus hijas podrían desaparecer, por lo que no se puede descartar que el plan fuese matar a las hijas y después a la madre, aunque ese último asesinato hubiese sido más difícil de ocultar. También había agredido a la madre, su exmujer, y a su nueva pareja, más mayor que él –cosa que no soportaba–, a la salida de una cafetería. Unos hechos, que sucedieron varias semanas antes del presunto crimen.
Por el momento, prosigue la búsqueda del cuerpo de Anna aunque, probablemente, el caso tenga que quedar abierto al no encontrarse ni a la niña ni al padre, el cual no se sabe si murió o se fugó a otro país, aunque se piensa, como hipótesis más probable, que se suicidara.