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Un hombre de 26 años y una mujer de 35 han sido detenidos en Alicante por la Policía Nacional por estafar casi 2.900 euros a una mujer de 71 años, según recoge Europa Press. Tras dejar a la cuenta de la mujer en números rojos a través de ventas a domicilio, finalmente fueron identificados y detenidos después de que los investigadores consiguieran obtener todos los indicios probatorios sobre los engaños perpetrados por éstos.
La víctima ha conseguido recuperar parte del dinero estafado y el control sobre sus cuentas bancarias. Por su parte, los detenidos, que no contaban con detenciones anteriores, han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Alicante, según informa la Jefatura en un comunicado.
Los hechos ocurrieron cuando dos comerciales se personaron en el domicilio de la víctima para venderle, en nombre de una comercial, una bicicleta estática, una cafetera italiana y una freidora sin aceite. En ese momento, le indicaron que si los compraba y los financiaba, le reunificaban en una sola cuota estos productos y anulaban la cuota que tenía con otra comercial, que había cerrado anteriormente. La mujer, que ya conocía al vendedor por haberle comprado anteriormente los productos de la otra empresa, ante las propicias condiciones que le ofrecían, aceptó la compra siempre y cuando la condición de anular las cuotas con la otra comercial fuera cierta.
Sin embargo, tras haber caído en el engaño de estos comerciales, a través del gerente de la comercial que supuestamente había cerrado, supo que tales cuotas no se habían cancelado y que tenía que seguir pagándolas. Del mismo modo, comenzó a recibir llamadas por parte de la empresa a la que estos comerciales pertenecían en las que la amenazaban con quitarle la pensión si no pagaba las cuotas.
El propio gerente incluso se ofreció a acudir a interponer denuncia con la víctima, puesto que habían recibido llamadas de hasta 11 clientes insatisfechos que decían que les había ocurrido lo mismo, aunque el denominador común era este comercial que había trabajado anteriormente en su empresa y que seguramente había aprovechado la cartera de clientes de la empresa para su propio beneficio.
De esta forma, la Policía se hizo cargo de la investigación y tras tomar declaración a la víctima, al gerente y a otros clientes, consiguieron obtener datos de más afectados, además de otros datos útiles para la identificación de los presuntos autores. Finalmente se concluyó que se trataban de un hombre y una mujer, que eran los comerciales que iban a los domicilios de las víctimas a venderles nuevos productos con el mismo engaño.