La de Francisco Camacho es la historia de un milagro. Iba en su coche conduciendo, muy cerca de su casa, en Alfarnatejo, un pueblo de Málaga, cuando sufrió un brutal. accidente. Se le incrustó el volante en el corazón y le abrió un orificio de 5 centímetros. Llegó al Hospital Regional de Málaga en estado crítico. Cuando consiguieron estabilizarle, le metieron en el quirófano y la operación fue a vida o muerte. 57 días después despertó sin saber qué había pasado.
"Ahora me encuentro muy bien, con muchas ganas de vivir la vida que me han dado", confiesa, en una entrevista en Mediodía COPE, Francisco, que no tiene palabras para agradecer el trato que le han dispensado durante tantos días los médicos y enfermeras.
Precisamente, el cirujano cardiovascular que le operó a corazón abierto, José Valderrama, también ha intervenido en el programa: "Es un trabajo de equipo, pues aquí intervienen muchas personas coordinadamente. Al ser un trabajo tan complicado, y que en la mayoría de las ocasiones no sale bien, es una alegría inmensa".
Preguntado por cómo se enfrenta un médico a un caso así, el especialista señala que lo primero es hablar con la familia y exponerles de forma clara y natural cuál es la situación de extrema gravedad. Una vez que tienen el consentimiento de la familia, intentan hacer lo mejor que saben con los recursos que han ido adquiriendo a lo largo de su práctica médica.
"Este caso es excepcional y nunca nos habíamos enfrentado a algo similar, entonces, sobre la marcha, vamos viendo qué técnicas hay que emplear. Cuando vemos que la crujía sale bien, vemos que puede tener alguna posibilidad de sobrevivir. Después, los médicos intensivistas le amplían esa posibilidad con los cuidados posoperatorios que requiere un paciente que llega en un estado tan crítico al hospital", explica el Valderrama.
Francisco, que ahora todos los días a andar y cada día se va encontrando mejor, llama a los médicos sus "segundos padres": "Son lo mejor que me ha pasado en la vida. He vuelto a nacer y ahora tengo alegría para seguir luchando".
"Si Francisco tiene alegría por esta nueva oportunidad, nosotros todavía más", asegura José Valderrama, uno de los médicos que le ha dado a este hombre una nueva vida.
