Hay muertes que parecen responder verdaderamente a un macabro capricho del azar. Una cuestión de centímetros o de segundos son los que marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Este es el caso de Mario Cáceres Muñoz, un joven de 27 años de Plasencia (Cáceres) que hace unos días perdió la vida en un accidente. Un coche se le cayó encima mientras circulaba por una carretera de la localidad cacereña de Casatejada.
Mario iba con su coche por la EX-A1 a unos 10 kilómetros de Navalmoral de la Mata cuando otro vehículo se precipitó al vacío desde un puente tras perder el control y romper las barreras metálicas de protección. La mala suerte quiso que ese coche cayera sobre el suyo.
El impacto fue tan brutal que el vehículo del joven quedó totalmente comprimido y él murió en el acto. En palabras de la propia Guardia Civil, "el coche quedó como si aplastas una lata de refresco". El conductor del otro vehículo, de 25 años, fue intervenido de urgencia por trauma torácico y abdominal en el Hospital Campo Arañuelo de Navalmoral y posteriormente derivado al Hospital Universitario de Cáceres. Afortundamente, ya ha abandonado la UCI y se recupera satisfactoriamente.
Una muerte "absurda e injusta"
Mario estudió en el Colegio de la Santísima Trinidad de Plasencia desde 3º de la ESO. El mismo centro que hoy llora su muerte. "Hemos perdido en un accidente de tráfico a nuestro querido alumno Mario Cáceres Muñoz, de 27 años". Así daba la noticia el colegio, que definía lo ocurrido como "un suceso marcado por la casualidad más fortuita".
El centro recuerda cómo "Mario llegó a 3º de la ESO con la sonrisa en boca". Según explican, era "muy movido en las clases, se ponía en la última fila central, apenas podíamos corregirlo, ya que sonreía y nos desarmaba". Con el tiempo "aprendió nuestras costumbres y se adaptó a todo". Desde entonces "era el primero que salía al patio en conquistar el campo de fútbol". Mario aprobó después Bachillerato con buenas notas y se pudo matricular en Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid.
El joven fue despedido entre lágrimas por sus familiares y amigos, incapaces de asimilar aún los hechos. Su muerte ha causado una profunda conmoción en toda Plasencia por su marcha prematura y por las circunstancias. Sus familiares y amigos coinciden en que es una muerte "absurda e injusta". Así lo demuestra el aluvión de mensajes que en cuestión de horas llenaron las redes sociales.
