La principal tesis policial descarta que sufriera un accidente
Tras haber tenido cinco varones, Blanca, cuyo cuerpo fue hallado este miércoles en la Sierra de Madrid, fue la primera hija del matrimonio formado por Dolores Ochoa y Francisco Fernández. Nació el 22 de abril de 1963 en el madrileño barrio de Carabanchel y poco después se trasladó con su familia al Puerto de Navacerrada, por aquel entonces una zona no demasiado poblada, y su infancia transcurrió disfrutando la libertad de vivir en plena naturaleza y rodeada de nieve buena parte del año.
A los 11 años y animada por el tan gran como mediático triunfo de su hermano mayor Paco, ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sapporo en 1972, Blanca ingresó en un centro de entrenamiento con internado para deportistas de invierno en Viella, corazón de los Pirineos leridanos.
El gran momento olímpico
En 1991, con 25 años, contrajo matrimonio en el Monasterio del Escorial con el italiano Daniello Fioretto, al que conoció con tan solo 14 mientras esquiaba en Suiza. Un año más tarde consiguió la medalla de bronce, la única de una española en unas olimpiadas de invierno, en los Juegos Olímpico de Albertville en la modalidad de eslalon.
Tras divorciarse de Daniello, Blanca contrajo un segundo matrimonio con David Fresneda, con quien tuvo dos hijos, David y Olivia, aunque la unión también terminó en escabroso divorcio. En los últimos años participó en diversos programas de televisión como Supervivientes y Splash! Famosos al agua de Antena 3 y El conquistador del Aconcagua y El conquistador del fin del mundo en ETB.
Entre los muchos premios y reconocimientos que recibió a lo largo de su carrera deportiva se cuentan el Premio Reina Sofía a la mejor deportista española en 1983 y 1988 y la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo recibida en 1994.
Dos divorcios
El pasado 24 de agosto, a los 56 años, desapareció en la sierra de Guadarrama. Su familia denunció su desaparición ante las autoridades ante las autoridades cinco días después porque hasta entonces a nadie extrañó su ausencia porque comentó su hija Olivia “ella es así” y le había comentado que iba a pasar cuatro días “al norte”.
Y es que desde que abandonó el esquí profesional dejó de ser la misma. La vida fue muy dura con ella. Tras abandonar la alta competición no encontró acomodo para trabajar dentro del mundo del deporte, dos divorcios, el segundo, el de David Fresneda, padre de sus dos hijos, especialmente complicado. Se conocieron a mediados de los 90 en la localidad murciana de La Azohía donde él regentaba un centro de buceo que ella también gestionó hasta que se divorciaron y lo vendieron en el año 2000.
Muerte de su hermano Paco
Pero el golpe más duro que recibió fue el de la muerte de su adorado hermano Paco en 2006 como consecuencia de un cáncer dejaron una profunda huella en la esquiadora. “Aunque es verdad que lo había pasado mal, en los últimos años estaba mucho mejor”, reconoció tras su desaparición su familia.
No era extraño que Blanca hiciese el tipo de excursiones como la que emprendió el día 24, siempre de la misma forma, sin tienda de campaña, sin saco de dormir, sin teléfono móvil, muchas veces sin documentación y sola. También solía presumir de no tener cuentas bancarias, lo cual no era del todo cierto porque la Policía Nacional descubrió que tenía una cuenta en Bankia si bien en ella no había ni un euro. Tampoco tenía tarjeta de crédito, a pesar de los que se especuló durante su desaparición, siempre pagaba en efectivo.
Blanca vivía, desde su segundo divorcio, en casa de su hermana Lola y tuvo varios trabajos de motivación a ejecutivos, actividades con niños, relaciones públicas que, confesaba, no la satisfacían demasiado.
Mucho se ha hablado durante los últimos días de la posible inestabilidad mental de Blanca Fernández Ochoa. Se ha publicado que sufría un trastorno bipolar y la familia lo confirmó si bien aclaró que se le diagnosticó de niña y que no le impedió llevar una vida normal ni participar en cuatro Juegos Olímpico de Invierno.