El Director General de Tráfico, Pere Navarro ha anunciado muy enfadado que, muy a su pesar, las rotondas van a desaparecer por completo de la geografía española a lo largo de este año. “Al final nos hemos reunido con los técnicos y hemos decidido que las vamos a quitar todas porque por mucho que os expliquemos, ¡no las vais a entender en vuestra vida!”
No, no es una noticia real; es una divertida (y fundamentada) parodia publicada en La Voz del Becario que pone de manifiesto una incomprensible deficiencia de la inmensa mayoría de los conductores españoles. En las Autoescuelas se esfuerzan en explicar el modo correcto de circular por las rotondas o glorietas; por internet circulan decenas de explicaciones, animadas y secuenciadas, que deberían ayudar a los conductores a entender su principio de funcionamiento; y la propia DGT insiste desde su página web y sus publicaciones en el modo en que deben utilizarse los carriles y la manera de entrar y salir de estas vías circulares.
Pues ni aun así. Cualquier conductor se ha encontrado en una situación de riesgo porque otro usuario de la rotonda le ha interceptado el paso y basta detenerse unos minutos en cualquier glorieta para comprobar que una inmensa mayoría de conductores no quiere o no sabe utilizarlas con corrección. También es verdad que la DGT, tan amiga de bombardearnos con dramáticas campañas de concienciación, parece haber renunciado a su labor formativa y no se ha ocupado hasta la fecha de enseñar a los conductores a hacer bien esta maniobra, excepto las mencionadas informaciones en sus propios medios; poca cosa. Tampoco se ven muchos agentes en las glorietas, ni denunciando ni haciendo labor pedagógica. Aunque no olvidemos que la gran mayoría de estas rotondas se encuentran en zonas urbanas, fuera de la competencia de los agentes de Tráfico. Así que otro tirón de orejas a los responsables municipales.
Una glorieta no es más que una porción de vía pero de carácter circular. Por lo tanto, la circulación por los distintos carriles debe seguir las mismas normas que si la vía fuese recta. No hay ninguna dificultad añadida. Y deben seguirse los mismos criterios de preferencia de los vehículos que ya circulan sobre los que se incorporan a la vía. Y para quienes tienen dificultades para cambiar de carril (una maniobra que siempre exige un plus de atención) lo mejor es que utilicen exclusivamente el carril exterior. Claro que muy a menudo se van a encontrar con el torpe que quiere salir de la glorieta cruzándose en nuestro camino. Debería de haber un infierno especial para estos “cruzacarriles rotondeños” como existe para quienes utilizan gafas de cerca para ver la matrícula del coche que les precede, o quienes no saben que la palanca de la izquierda hace funcionar los intermitentes.
En los últimos años la proliferación de rotondas ha alcanzado un nivel paroxístico. Parece como si se hubiese desatado una fiebre por ver qué municipio se cuelga la medalla de primer poseedor de rotondas. Y es cierto que en muchos casos ayudan a la fluidez del tránsito. Pero también es cierto que en muchos otros casos ni son necesarias ni son convenientes. Hay rotondas por las que un camión semirremolque tiene que maniobrar o, en el mejor de los casos, ocupa dos carriles. Estas minirrotondas animan a trazarlas buscando la tangente, como si estuviéramos en un circuito de velocidad. Las hay incluso que tienen una señal de stop, lo que inutiliza precisamente la mejora en la fluidez, que es para lo que en teoría fue diseñada.
Y hay finalmente las que se vienen llamándose glorietas “turbo”, que es cierto que mejoran el flujo, pero que complican a muchos conductores que ya de por si ignoran el modo de circular por las más convencionales.
La mayoría de los lectores de estas páginas hemos obtenido el permiso de conducir cuando no existían estas glorietas; cuando la prioridad la tenía el vehículo que aparecía por nuestra derecha (una de las incongruencias de las normas de tráfico). Hemos aprendido con la práctica y el sentido común no sólo a circular en estas vías, sino a interpretar nuevas señales que nadie nos enseñó; o a utilizar distintos componentes de nuestro automóvil (ABS, sistemas de control de tracción, programador de velocidad… etc) que tampoco nadie se ha molestado en explicarnos.
La conducción exige también, como en tantos órdenes de la vida, un reciclaje constante o al menos frecuente. En una materia de tanta responsabilidad social como es el manejo de un vehículo, los responsables de su control (la Dirección General de Tráfico) debería ocuparse de una manera más eficiente en enseñar y divulgar las nuevas circunstancias. A lo mejor obtendría mejores resultados que con la presión sancionadora.
ESTA SEMANA SE HABLÓ DE…
-Infiniti es la marca premium del fabricante japonés Nissan (ahora asociado a Renault), como Lexus es la marca Premium de Toyota. Pues bien, Infiniti ha anunciado que abandona el mercado europeo a partir del año 2020. Una sorpresa para el importador español, que el pasado año vendió 1.800 unidades. De momento siguen las ventas de Infiniti en España y el apoyo de la red de concesionarios.
-La Dirección General de Tráfico estudia la posibilidad de implantar como medida obligatoria en 2020 de un dispositivo de luz intermitente colocado en el techo del vehículo por medio de un potente imán. Esta luz de emergencia sustituirá a los triángulos reflectantes obligatorios para los vehículos detenidos por avería o incidente. Un número importante de peatones atropellados lo ha sido precisamente cuando colocaban estos triángulos obligatorios.
-El Real Automóvil Club de España ha publicado un informe sobre la seguridad vial en los desplazamientos de trabajo en el que se pone de manifiesto que el pasado año fallecieron en nuestro país 250 personas “in itinere”. Sorprendentemente, el grupo de mayor riesgo para estos accidentes lo constituye el formado por mujeres entre 16 y 29 años. Otro dato también revelado en el trabajo es que los accidentes son más frecuentes en el desplazamiento de ida que en el de regreso del trabajo.
-El Parlamento Europeo ha aprobado una propuesta para que todos los vehículos nuevos implanten el sistema ISA en todos los nuevos coches matriculados desde 2022. Este sistema de Control Inteligente de Velocidad reconoce las señales de tráfico e impide que el vehículo pueda sobrepasarlas. De momento es solo una propuesta que ha sido recibida muy positivamente por las autoridades españolas. El Director General de Tráfico ha manifestado que esta sistema supone un paso adelante similar al obtenido por el airbag.
Sobre el autor:
José María Cernuda
José María Cernuda es Licenciado en Periodismo. Inició su andadura profesional en Faro de Vigo. De regreso a Madrid, formó parte del equipo de Triunfo y Hermano Lobo para ingresar posteriormente en ABC (1973) y Gaceta Ilustrada en los años de la Transición. A partir de 1978 se especializa en información del motor, creando la primera sección sobre automóviles en ABC. Tras un periodo en Auto Revista como director de la publicación, se incorpora al grupo de revistas de Motor Press, como director de Automecánica y redactor jefe de Autopista. En 1987 forma parte del equipo fundador de Motor 16 donde permanece durante 15 años como redactor jefe y director adjunto hasta el año 2003, cuando se incorpora al Departamento de Comunicación de Volkswagen-Audi. Después de tres años regresa al periodismo activo para encargarse de la sección del Motor en diversas publicaciones digitales compaginando su colaboración con diversas actividades en el ámbito de la Comunicación y Relaciones Públicas, publicaciones y ediciones sobre temas históricos.