El taichi es un arte marcial tradicional chino que se basa en la realización de una serie de movimientos lentos y cuidadosos de las manos, brazos, cuello, piernas y trocos, combinados con una respiración profunda, lo que mejora la flexibilidad y el equilibrio, al mismo tiempo que reduce el estrés.
Un reciente estudio publicado en Stroke, la revista científica de la Asoción Americana del Ictus, asegura que las personas mayores supervivientes de un ictus podrían mejorar su condición física y mental si realizan este arte marcial sentados. Gracias al taichi podrían recuperar la fuerza en manos y brazos y volver a realizar las actividades diarias a los tres meses.
La investigación ha recordado que las directrices internacionales para el tratamiento precoz de las personas con accidentes cerebrovasculares isquémicos agudos, incluyen comenzar la rehabilitación en un plazo de siete días y continuar hasta seis meses después.
No obstante, muchos pacientes no siguen con la terapia porque no tienen estabilidad física o no son capaces de utilizar completamente los brazos. En este sentido, tanto el taichi como el yoga ayudarían a mejorar la flexibilidad y la fuerza muscular, así como el equilibrio, la calidad de vida y la salud mental.
"El taichi tiene una larga historia como forma de ejercicio en China. Hemos revisado los movimientos del taichi para las personas con debilidad o parálisis parcial de las extremidades. Está adaptado para que los participantes puedan mover un brazo con la ayuda del brazo sano", explica el doctor Jie Zhao, autor principal del estudio y profesor de la Universidad de Medicina Tradicional China de Yunnan (China).
Un programa estándar de ejercicios
La investigación se llevó a cabo en dos hospitales de medicina tradicional china de Kunming (China), y participaron 160 personas, 81 hombres y 79 mujeres con una edad media de 63 años, que habían sufrido su primer ictus isquémico en los seis meses anteriores a su incorporación al estudio, y que podían utilizar al menos un brazo.
La mitad de los participantes siguieron un programa de taichi sentado, mientras que el resto siguió un programa estándar de ejercicios de rehabilitación del ictus.
Los integrantes en el grupo de taichi sentado se sometieron a un entrenamiento individual con un instructor durante la semana que estuvieron hospitalziados, y un vídeo autoguiado para practicar en casa durante tres días a la semana durante 11 semanas.
El grupo de control por su parte, recibió un vídeo autoguiado de ejercicios estándar para practicar en casa durante 12 semanas.
Sesenta y nueve personas del grupo de taichi sentado y 65 del grupo de control completaron el programa de 12 semanas y el seguimiento de 4 semanas. Durante este tiempo se midió la función física y el estado psicológico de los participantes a través de herramientas y cuestionarios, que se realizaron al comienzo del estudio y en otras cuatro ocasiones adicionales, durante el programa de 16 semanas, y se compararon los resultados.
El taichi fue beneficioso
Los investigadores analizaron los cuestionarios y las herramientas de evaluación y se dieron cuenta de que los participantes que habían realizado taichi sentados, tenían mejor función en manos y brazos, y en el control del equilibrio que el otro grupo.
Además, los síntomas de depresión disminuyeron, y también mostraron mejoras significativas en las actividades diarias y en su calidad de vida. Más de la mitad de las personas que practicaron taichi siguieron haciéndolo después de las 12 semanas.
"El taichi sentado puede practicarse en una silla o en una silla de ruedas y es muy cómodo, ya que puede hacerse en casa. La práctica del programa no cuesta casi nada y no requiere ningún equipo especial ni tiempo de desplazamiento", concluye Zhao.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.