Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorEl calor ya ha llegado a todo el país, y ha coincidido con el cambio de fases en muchas provincias. En algunos hogares se echa mano de los hábitos que se repiten todos los años, como bien os lo explicábamos en este artículo. Unos trucos para refrescar la casa en aquellas familias que no tienen instalado un aire acondicionado que evite las horas de calor asfixiante o las noches en vela por culpa de las altas temperaturas.
Al igual que en la vida, no todo es blanco o negro, y siempre hay un punto intermedio. En este caso: los aires acondicionados portátiles.
No cabe duda de que los sistemas fijos son más eficaces, pero estos llevan asociados algunos inconvenientes que para ciertas familias no son salvables. El primero es que la instalación no es una tarea sencilla que pueda hacer uno mismo, ya que la tiene que llevar a cabo un técnico profesional. O en algunos de los casos incluso la instalación no está permitida ya que el propietario, en el caso de una vivienda de alquiler, no permite las obras o no se hace cargo de los costes de ésta.
Otro de los inconvenientes de los sistemas de aires acondicionados fijos es que no se pueden mover y en ocasiones haya estancias que no se enfríen por igual.
El último “contra” es el económico. Si el presupuesto es limitado, esta opción se aleja.
Vistos los inconvenientes, y si en tu caso estás pensando en optar por la opción de los aparatos de aire acondicionado portátiles, tendrás que tener en cuenta el nivel de ruido del aparato, las frigorías que genera, así como el consumo de electricidad que necesita (para evitar sorpresas a final de mes).
Aquí te traemos un listado de los tipos que hay en el mercado.
Monoblock: Es el más utilizado para enfriar la casa. Equipado con ruedas para su desplazamiento puede ser de uno o dos tubos. La potencia de este tipo de aparato suele oscilar entre los 2.000 y los 3.500 W, suficiente para refrescar una sala de unos 30 metros cuadrados. Eso sí, hay que vigilar el nivel de ruido porque es uno de sus puntos débiles. El precio en el mercado ronda los 200-300 euros.
Con unidad exterior: El sistema que utiliza es parecido al de los modelos fijos: la unidad de compresión y condensación se instala en el exterior, mientras que la unidad de ventilación queda dentro de casa. Es decir, un tubo necesita tener salida a una ventana para sacar el aire caliente que genera. Por esta razón no es tan versátil como el anterior, aunque sí es más eficiente, silencioso y menos voluminoso. Su precio en el mercado ronda los 400-500 euros.