Daniel Innerarity, sobre la inteligencia artificial: "Esto no va de humanos contra máquinas"

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El filósofo Daniel Innerarity ha destacado que la Inteligencia Artificial (IA) puede servir para "potenciar el trabajo humano" y crear nuevos empleos en lugar de destruirlos al sustituir a las personas por máquinas, porque "no es solo automatización".

"Depende de cómo articulemos la máquina y el humano podemos ir a un horizonte de sustitución o de complementariedad". "Hay empresas que lo entienden como simple automatización, según lo cual cuantos más trabajadores expulsen mejor; mientras que otras entienden que hay cosas que tienen que ser sustituidas porque no tiene sentido que las haga un humano" pero utilizan la IA para "potenciar" esa labor humana, y por tanto "pueden crear más trabajo", ha explicado.

Es por ello que "si pensamos en esto como una mera automatización, los trabajadores perderán", pero "si lo pensamos como complementariedad no solamente no habrá reemplazo, sino que habrá creación de nuevos empleos", ha defendido Innerarity este miércoles en un encuentro con los medios en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.

Allí ha dirigido un curso organizado en colaboración con la Cátedra de Inteligencia Artificial y Democracia. Titulado 'La Inteligencia Artificial y sus actuales desafíos', por él han pasado una veintena de expertos en diferentes ámbitos para abordar la IA desde diferentes perspectivas, como su regulación y gobernanza, los dilemas éticos que conlleva su aplicación o los mitos generados.

Así, además de la "disyuntiva" que se presenta en el horizonte sociolaboral, se ha abordado esta nueva tecnología desde un enfoque general y "multidisciplinar", de modo que algunos expertos han aportado visiones "más apocalípticas y negativas" sobre la IA, subrayando sus amenazas y riesgos, y otros han dado opiniones "más integradas", calificándola como algo positivo y que ofrece "grandes oportunidades" para resolver problemas de la sociedad actual.

 

El filósofo Daniel Innerarity y la vicerrectora de la UIMP, Matilde Carló

 

Tras participar en este curso de la UIMP, Innerarity ha reflexionado que "hay mil cosas que tienen que ser repensadas" y que "hace falta una gran renovación conceptual", porque "no podemos abordar el mundo digital con las categorías del mundo analógico". Algo que entiende que puede "agobiar", aunque "para los filósofos es lo mejor que nos pueden dar; un ámbito virgen donde pensar".

Otra de las ideas que ha trasladado en torno a la IA es que supone entrar en un espacio histórico de "especial incertidumbre" por cómo ésta incide en diferentes campos como la justicia, la guerra, las relaciones interpersonales, el conocimiento o la vida universitaria. En este sentido, ha dicho que "podemos lamentarlo y quejarnos o entenderlo como una oportunidad o desafío para gestionar esa incertidumbre".

Para el filósofo –Premio Nacional de Investigación Ramón Menéndez Pidal en el área de las Humanidades 2022–, estas cuestiones deben resolverse "en un horizonte democrático", en el que las personas estén "implicadas" y cuenten con una gobernanza adecuada de las tecnologías.

Algo que da "muchos problemas", ha reconocido, por las diferencias que existen en un mundo "tan fragmentado" y donde la tecnología se ha convertido en "un verdadero caballo de batalla", que enfrenta los modelos chino, americano, ruso y europeo y deja en el "olvido" al llamado sur global, que entiende que "también debería estar en la ecuación".

Al hilo, se ha referido a la primera normativa sobra la IA que está previsto desarrollar en Europa e implementarse en un marco de dos años, y ha señalado que "no es incompatible" que haya diferentes niveles de aplicación de este tipo de normas porque los países tienen "culturas distingas" y diferentes niveles de digitalización.

Por otro lado también se ha referido a las dificultades que conlleva la IA, como la "hackeabilidad" de los sistemas. "A medida que el sistema lo haces más abierto, también lo haces más abierto a los delincuentes", ha advertido.

No obstante, para el filósofo a lo que se debe llegar es a un "contrato" entre humanos y máquinas que sea capaz de generar un "ecosistema equilibrado" y "lo más razonable posible". "Esto no va de humanos contra máquinas", ha sentenciado.