Leire Galceran
Leire Galceran es redactora especializada en temas de tecnología y consumo.
… saber más sobre el autor“Cuanto más se usa Facebook, peor uno se siente”. Esta es la conclusión a la que ha llegado el estudio titulado “Association of Facebook Use With Compromised Well-Being: A Longitudinal Study” realizado por Holly B. Shakya, y Nicholas A. Christakis, de la Universidad de California y de la Universidad de Yale, respectivamente. Y es que según determina la investigación realizada para el estudio, el uso de Facebook es consistentemente perjudicial para la salud mental.
Está demostrado que el usuario medio de Facebook pasa casi una hora en la red social todos los días. Una encuesta de Deloitte determinó que muchos usuarios de smartphones, lo primero que hacen por la mañana es revisar las redes sociales, a menudo incluso antes de levantarse de la cama. No cabe duda de que la interacción social es una parte saludable y necesaria de la existencia humana. El desafío está en saber qué pasa con la interacción social que se realiza únicamente a través de una pantalla electrónica y saber qué impacto tiene que cuando uno se levanta por la mañana, lo primero que haga sea tocar ese pequeño icono azul con forma de una F en medio blanca. Pues bien, según el estudio, la autocomparación que realizan estos usuarios puede ser una fuerte influencia en el comportamiento humano y, debido a que las personas tienden a mostrar los aspectos más positivos de sus vidas en las redes sociales, es posible que el individuo acabe creyendo que su vida no es como la que ve que muestran otras personas y acabe frutándose. Por lo tanto, esto a largo plazo atenta contra el bienestar personal y la salud mental de los usuarios.
Fotografía: Bigstock
Para poder analizar con el máximo de detalle la relación que se establece entre el uso que dan los usuarios a las redes sociales y su bienestar, el estudio se basó en una muestra de 5.208 personas adultas. Con unos se trabajó en 2013, con otros en 2014 y un último grupo fue abordado en 2015. Las particularidades que los participantes compartían eran que todos eran estadounidenses, y que, además, todos pasaban más de 50 minutos al día conectados a Facebook.
A las conclusiones que llegaron fueron que, mientras que la interacción social del mundo real estaba asociada positivamente con el bienestar general, el uso de Facebook no propiciaba un bienestar general, sino todo lo contrario. Se observó que tanto los “likes” (me gusta) que se realizaban sobre el contenido de los demás, como el click a enlaces y las actualizaciones de los estados de Facebook de las personas, llevaban a un empeoramiento de la salud, tanto física como mental, y también de la satisfacción de la persona con su vida. Además, a todo esto se le añade el valor tiempo y es que cuanto más se realizaban estas acciones, más se deterioraba la salud mental.
Aunque parece obvio, según los autores del estudio, las redes sociales no son en absoluto substitutas de las relaciones humanas tradicionales, es decir, del cara a cara. Pero a esta evidencia ahora le añadimos el hecho contrastado de que su uso es perjudicial para nuestra salud. Así que, a pesar de que al principio los usuarios tengan una sensación de satisfacción al utilizar Facebook, a largo plazo, es todo lo contrario y acaba afectando a su salud de manera negativa.