Estamos de acuerdo en que no hay nada más duro que enfrentarse al fallecimiento de un ser querido. Muchas personas no consiguen superar la pérdida, pero aprenden a vivir con ese dolor, mientras que otros acaban sumergidos en un pozo sin fondo que les impide seguir adelante. El duelo tiene muchas fases y cada uno las lleva de una forma diferente, pero todos debemos hacerle frente. Es ley de vida, y todos estamos aquí para irnos algún día, así como para decir adiós a nuestros allegados. La inteligencia artificial quiere ayudar a esas personas a sobrellevar el duelo mediante los 'griefbots', robots que imitan el estilo y forma de pensar del difunto hasta tal punto que pueden llegar a mantener una conversación con él después su muerte.
La idea de crear los 'griefbots' surgió en 2016, cuando los informáticos Eugenia Kuyda y Muhammad Ahmad los desarrollaron por separado cuando perdieron a su mejor amigo y a su padre, respectivamente. Usaron la inteligencia artificial y crearon un chatbot, un programa de ordenador basado en inteligencia artificial que les permiten tener conversaciones respondiendo tal y como lo harían los difuntos.
Ahora, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Aalborg (Dinamarca) están trabajando en una investigación, que cuenta con la financiación de la Fundación Víctor Grífols i Lucas, sobre la relación entre las herramientas tecnológicas y el final de la vida, así como el debate bioético que las rodea. Además, han diseñado su propio griefbot.
"La finalidad de un griefbot (literalmente robot de duelo) es que los seres queridos de la persona muerta puedan seguir conversando con ella, de forma virtual", explica Belén Jiménez Alonso, doctora en Psicología y profesora asociada de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, a Yorokobu en una entrevista. Esto se consigue analizando 'la huella digital' de la persona, es decir, se crean a través de los e-mails, mensajes de texto y redes sociales de la persona fallecida para construir ese 'yo virtual'.
¿Son una buena solución? El debate ético que genera el invento
La serie Blackmirror muestra los riesgos que tienen los avances tecnológicos. Uno de sus episodios trata de que un joven fallece y su mujer, que no consigue superarlo, decide solicitar la creación de un clon de su marido. Tenía su misma voz, su pensamiento y hasta su físico. Lo imitaba a la perfección, solo había algo que no cuadraba: no era él.
Con los griefbot no se ha llegado hasta ese punto, pero sí que tratan de conseguir el mismo fin. A pesar del buen fondo que tenga esta creación, hay muchos que no la consideran nada apropiada. Estas tecnologías y sus usos desatan un gran debate: ¿Son realmente una buena solución?
En un debate sobre los griefbots organizado por Belén Jiménez Alonso; Antoni Baena, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), comentó que "cuando se habla este tipo de soluciones se me plantea una cuestión: habitualmente, la mayoría de tecnologías se aplican a soluciones que ya existían intentando mejorarlas, pero es que aquí se crea una solución nueva".
Con respecto a esto último, Baena añadió que tiene sus dudas acerca de si los grieftbots son una solución realmente mejor que la que ya existía y, además, "¿hasta cuándo se mantiene esa relación?, ¿meses, años, para siempre...?", preguntó. Este es otro de los riesgos que se plantean: la posibilidad de que esta tecnología pueda ser adictiva. Por ejemplo, podría provocar que los familiares o amigos no pudieran avanzar en sus vidas ni adaptarse al mundo sin esa persona, llegando a depender de la tecnología hasta acabar aislándose socialmente de la realidad.
"Hasta ahora la tecnología te permitía diferenciar claramente la realidad de la ficción [...] Pero estamos hablando de una situación en la cual puede llegar un momento en que se está creando una realidad, una interacción, unas memorias... que no habían existido nunca. De hecho, hay gente que ha interactuado con chatbot y no sabían que era un chatbot, creían que era una persona. No estoy diciendo que se tenga que prohibir, sino que hay que regularlo de alguna forma para evitar el daño que puede provocar a algunas personas, porque no todo vale. Si en psicología siempre decimos que cuando hay una pérdida de contacto con la realidad, nos podemos empezar a preocupar, resulta que el chatbot está buscando, precisamente, esa confusión con la realidad total", afirmó.
Otros autores aseguran que lo que más preocupa es que la persona confunda la realidad. Igualmente, critican que no se respeta la privacidad del fallecido y advierten de los riesgos éticos que podría implicar la interacción entre un robot y un humano.
En cambio, Jiménez defiende que los griefbots pretenden cumplir una psicología positiva porque se presentan “como una versión moderna de los rituales de duelo y de las formas clásicas de recuerdo, como podría ser organizar un funeral o consultar un álbum de fotos”. Además, sostiene que a Ahmad, uno de sus impulsores, “el griefbot de su padre se inspira directamente en el deseo de que sus hijos conozcan a su abuelo”, explica.
Sobre el autor:
Marta Vicente
Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.