Toni Esteve
Tecnología
Por qué debes borrar las 'cookies' de tu navegador
Nos hemos acostumbrado a aceptarlas sin más, pero en algunos casos continúan siendo abusivas
Cada vez que navegamos por Internet y entramos en una página nueva nos aparece el consabido mensaje en que se nos pide que aceptemos las cookies para poder continuar viendo el contenido. Esas “galletas” son ficheros con ciertos datos que quedan guardados en nuestro navegador y son usadas por los servidores de las páginas webs que visitamos para almacenar información que nos identifique al volver a visitarlas. Y son tan habituales que muchos ya se han acostumbrado a aceptarlas sin más. Pero, aunque son necesarias para el funcionamiento de las páginas y nos hacen navegar de forma más rápida y adaptada a nuestros gustos y preferencias, no hay que olvidar que alguien está rastreando nuestros hábitos en la Red.
Según la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI @osiseguridad), las cookies nos permiten que, cuando estamos comprando en una tienda online y añadimos artículos al carrito de la compra, podamos seguir navegando sin que el servidor olvide cuáles fueron los artículos que introdujimos en la “cesta”. Otro ejemplo de lo útiles que pueden ser es que, por ejemplo, si nuestra vista ya flojea y ponemos el tamaño de la letra más grande mientras estamos en una página web, la próxima vez que entremos en ella ya tendremos ese tamaño de letra configurado. Además, cuando estamos navegando por nuestro medio digital favorito y, sin querer, cerramos la pestaña o saltamos a otra página web, al pulsar atrás vuelve a abrirse nuestra sesión sin tener que volver a introducir el usuario y contraseña. Eso no sería posible sin las inefables galletas.
Pero, claro, las cookies también pueden contener información sobre nuestros hábitos: horas que pasamos conectados, los artículos que leemos, las webs que visitamos, cuánto tiempo ha pasado desde qué nuestros dispositivo se conectó o desde qué país lo hizo. Evidentemente, esto redunda en beneficio de las empresas, puesto que toda esta información les permite adecuarse mejor a los intereses de los usuarios y poder seducirles con sus productos y servicios.
Riesgos y soluciones
Para la OSI, el riesgo de las cookies es que “en muchos casos recaban tanta información del usuario que puede llegar a invadir su privacidad, al crear un perfil muy certero de quienes somos”. Y es que para las empresas es un filón comercial llegar a conocer nuestros hábitos, opiniones y datos personales de carácter sensible. Por si fuera poco, un peligro aún mayor es que, si nos conectamos a redes wifi públicas “un ciberdelincuente podría “capturar” la cookie que nos identifica frente a una de nuestras redes sociales, pudiendo reenviar esa misma cookie para suplantarnos posteriormente ante esa página web”.
Si queremos protegernos en estas circunstancias, lo más rápido y sencillo es borrar las cookies manualmente de nuestro navegador: basta con ir a “Configuración” en nuestro dispositivo y, en el apartado de “Privacidad” acceder a “Borrar datos de navegación”. Ahí podremos borrar de forma manual nuestro historial de navegación y las cookies. Otra manera de protegernos y dificultar que nos sigan el rastro navegando es usar el modo de “navegación oculta” de nuestro navegador, que evita que se almacenen en el dispositivo cookies de la página que visitemos, y borra todos los datos sobre ella cuando cerramos nuestra sesión.