Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorDesde la llegada de las redes sociales ha habido un boom en el acceso a toda clase de información por parte del ciudadano. Un mundo de noticias y sucesos que pasan frente a nosotros, y que en ocasiones pueden hacernos creer algo que no es. Y es que entre todos estos hechos también se esconden las mentiras o fake news.
En la oficina, con los amigos o en las comidas con la familia puede haber temas en los que nos lancemos a opinar creyendo que poseemos la verdad absoluta, o una radiografía bastante completa de lo que se habla. Sin embargo, podremos encontrarnos con la opinión contraria defendida con la misma intensidad. ¿Por qué pasa esto si lo que hemos visto en las redes nos da la razón a nosotros?
Este es uno de los problemas que tiene la sociedad hoy en día, la infoxicación. Este término hace referencia a la cantidad de información de la que disponemos, pero la cual nos obliga a filtrar sin tener la capacidad de poder hacerlo. De esta forma a veces podemos dar la espalda a las cosas importantes, o fijarnos en detalles o argumentos que ocultan la verdadera raíz del asunto.
Es por ello por lo que hemos dejado en manos de terceros, esos que nos rodean y están presentes en las redes sociales, que elijan por nosotros, y nos informen compartiendo sus opiniones.
Ante este problema se ha visto que hay 3 acciones que nos hacen atribuir esa verdad a una información sin necesidad de profundizar:
Con este simple vistazo las personas damos, subjetivamente, el nivel de credibilidad de la información, su inclinación ética/política/social y decidiremos si estamos de acuerdo o no.
A este hecho debe sumarse otro, no estamos acostumbrados a seguir la actividad de personas que chocan con nuestras creencias. De este modo, al final las redes sociales son un eco de nuestros valores y opiniones preconcebidas.
Dicho esto, solamente hay que tener la capacidad para hacer autocrítica y comenzar a abrirse a aquellas informaciones que pueden sacudir nuestra forma de pensar. Gracias a ello evitaremos formarnos una opinión sin criterio propio tomando únicamente prestado el punto de vista de nuestros “influencers personales”.