Las razones para cambiar de móvil pueden ser varias, ya sea porque ha empezado a fallar la batería, porque el sistema operativo se haya quedado obsoleto o haya sufrido algún daño que nos impide seguir utilizándolo con comodidad. Si, aun así, decidimos que no ha llegado el momento de tirarlo y lo guardamos por si, en algún momento, lo llegamos a necesitar, puede que sea hora de sacarlo y volver a darle una segunda vida.
Hoy en día, el teléfono móvil nos permite realizar una gran cantidad de tareas y actividades, casi como si lleváramos un ordenador en nuestro bolsillo. Podemos ver la televisión, hacer operaciones con el banco, llevar diferentes tarjetas, guiarnos con un mapa, hacer videollamadas, pagar, escuchar música e incluso jugar con él. Pero nuestro móvil antiguo, ese que tenemos olvidado al fondo del cajón, también puede resultar bastante útil, más de lo que creemos en realidad.
Uno de los usos más sencillos que podemos darle es convertirlo en un reproductor multimedia, llenándolo de todos los archivos de música, vídeo o imágenes que queramos, ya que toda la memoria de la que disponga se destinará a esta tarea, y tampoco gastaremos batería del móvil que utilicemos diariamente. De igual modo, puede servirnos de memoria externa en situaciones de emergencia en que no tengamos a mano otra opción o no queramos ocupar gran parte del espacio del móvil que estemos utilizando actualmente.
Diferentes portales y blogs especializados proponen algunos usos más que le podemos dar a nuestros móviles antiguos, como convertirlos en GPS portátiles, ya que solo tendremos que instalar una aplicación y, con un soporte adecuado, incluso podremos dejarlo fijo en el coche.
También pueden resultar útiles como mando a distancia de la televisión, si se nos ha estropeado el que teníamos y no queremos comprar uno nuevo o se nos ha quedado sin pilas y no tenemos otras a mano para cambiarlas. Igualmente, solo será necesario descargar una aplicación para poder utilizarlo como tal gracias a su sensor de infrarrojos.
Del mismo modo, podemos utilizarlos para instalar en ellos las aplicaciones que queramos y ahorrar así espacio en el móvil que estemos utilizando actualmente. Es una buena opción, por ejemplo, para los deportistas que quieran usar diferentes apps de entrenamiento, sin tener que preocuparse, además, de dañar o perder el teléfono.
Aunque pueda parecer extraño, un móvil antiguo que aún pueda conectarse a una red o tarjeta SIM de datos, puede servirnos como un amplificador del router, compartiendo Internet con otros dispositivos.
Por último, podemos convertirlo en una cámara de vigilancia, colocando el móvil en el punto de la casa donde queramos vigilar a los más pequeños, por ejemplo, mientras no estemos cerca. Simplemente, necesitaremos instalar las aplicaciones necesarias que nos permitan acceder a la cámara desde otro teléfono.
Cómo reciclar nuestro teléfono móvil
Si no es posible reutilizarlo y darle un nuevo uso, recuerda que tirarlo a la basura no es la opción. En todo caso, lo ideal sería llevarlo al punto limpio del ayuntamiento correspondiente.
También podemos darle un uso solidario, llevándolo a alguna organización que lo aprovechará debidamente, acondicionándolo y entregándoselo a personas que de otra manera no tendrían acceso a uno. Además, en caso de que no estuviese en buen estado, ellos se encargarían de reciclar los componentes que se pudiese y deshacerse debidamente de los residuos peligrosos.
En cualquier caso, antes de deshacerte de tu teléfono antiguo, asegúrate de que retiras la tarjeta SIM y eliminas todo tipo de información personal que pueda seguir conteniendo.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.