Teresa Rey
Tecnología
Usar el móvil no provoca cáncer y otros mitos relacionados con las nuevas tecnologías
Teresa Rey
Foto: Bigstock
Domingo 1 de marzo de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 2 de marzo de 2020 a las 9:16 H
6 minutos
Un estudio verifica que no hay efectos adversos cuantificables para la salud de estos dispositivos
Sobre el uso del teléfono móvil y las nuevas tecnologías, hay varios estudios que los vinculan a un mayor riesgo de padecer ciertas patologías. Del móvil, en concreto, hay investigaciones que lo relacionan con el cáncer, la posibilidad de sufrir un infarto e incluso con la impotencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS), ya ha indicado que de momento y en función a la base científica que hay hasta el momento no se puede aseverar que los móviles sean perjudiciales para la salud.
Sin evidencias
En esta misma línea se ha manifestado un informe realizado recientemente, basado en una revisión de estudios efectuados en los últimos once años sobre la exposición a la radiofrecuencia, que es la que emiten estos aparatos. Según los resultados de este, a día de hoy no se puede hablar de un vínculo causal cuantificable entre los móviles y le riesgo de padecer cáncer.
El estudio ha sido publicado por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés), que ha declarado que con estos datos se ratifica lo que hasta el momento había sostenido también este organismo y es que “no hay efectos adversos cuantificables para la salud en humanos por la exposición en los límites actuales de exposición a los teléfonos móviles, o por debajo de ellos”.
El propio informe refleja que si hay un riesgo es mínimo, según los datos epidemiológicos que se tienen hasta el momento y al menos en comparación con la incidencia natural de la enfermedad y los factores de riesgo conocidos y controlables.
La muestra ha analizado un total de 125 artículos entre investigaciones in vivo (en animales) y estudios basados en datos epidemiológicos efectuados entre 2008 y 2018.
Las conclusiones fueron revisadas posteriormente por varios científicos especializados en distintas áreas como la epidemiología, la física de la salud y la salud pública. Ninguno de los estudios demostró que una exposición localizada a la radiofrecuencia a los niveles que se producen en los móviles genera efectos adversos en los usuarios.
En su opinión, para esta institución habría que dar un giro a la investigación y en lugar de centrarse en la población general, podrían realizarse estudios que se basaran en personas predispuestas al riesgo de tumorigénesis (el proceso por el que las células normales se transforman en cancerosas) y que, por lo tanto, "podrían ser más susceptibles a una exposición intensa".
No obstante, desde la FDA insisten en que en la actualidad no existen pruebas epidemiológicas suficientes como para afirmar que el uso del móvil se pueda considerar un facto etiológico independiente “capaz de influir en la incidencia de intracraneal y algunos otros tumores en la población general".
Radiofrecuencia mínima
La OMS ya se pronunció en este sentido. De hecho, asevera que los estudios realizados hasta la fecha no indican que la exposición ambiental a los campos de radiofrecuencua, como los emitidos por las estaciones base, aumente el riesgo de cáncer o de cualquier otra enfermedad.
En cuanto a otros posibles efectos como cambios en la actividad cerebral, el tiempo de reacción y los patrones de sueño, asegura que son de poca importancia y no parecen tener gran repercusión en la salud. Aun así respecto a estos aspectos se están realizando más estudios que corroboren estas conclusiones.
La OMS asegura, por tanto, que no se ha podido demostrar hasta el momento que el riesgo de tumores cerebrales aumente con el empleo de los teléfonos móviles. Sin embargo, sí considera que debido a un uso creciente y la ausencia de datos relativos a su utilización durante períodos superiores a 15 años, resulta razonable que se realicen nuevas investigaciones sobre la utilización de los móviles y el riesgo de cáncer del cerebro. Sobre todo, interesa evaluar estos efectos en los más jóvenes, que van a tener un empleo prolongado de estos dispositivos a lo largo de su vida.
Otros problemas
Lo que sí se está demostrando es que el mal uso de las nuevas tecnologías puede repercutir en la salud de distintas formas. Una de ellas es en la fatiga visual derivada de la luz de las pantallas, que al final incide de forma negativa en la salud de nuestros ojos si no hacemos los descansos pertinentes.
Otros trastornos de salud derivados de esta utilización inadecuada son los malos hábitos posturales, sobre todo, al sentarnos delante del ordenador o en el manejo del propio teléfono, que está generando problemas en el cuello y la espalda. El ordenador y en especial el uso del teclado y el ratón, están generando un aumento de otros problemas derivados de los movimientos repetitivos y mecánicos de manos y brazos, como es el caso del síndrome del túnel carpiano o el codo del tenista
También se está apreciando en algunos sectores de la población que el abuso de las nuevas tecnologías puede provocar un mayor aislamiento social en algunos individuos. Y además, en ciertos casos induce al sedentarismo.