Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorEl tatuaje ha estado presente en prácticamente todas las culturas a lo largo de los siglos. Para mostrar el estatus social, describir las batallas, o marcar a las personas por sus actos, estas marcas en la piel han acompañado al ser humano en su evolución. Durante las últimas décadas se han popularizado y para algunos suponen ya un arte cuyo lienzo es el cuerpo humano.
Una técnica milenaria que ha tenido su propia revolución. Ésta llego hace 5 años de la mano de la empresa norteamericana Chaotic Moon al presentar una nueva técnica, Tech Tats. Esta consiste en la elaboración de un tatuaje electrónico en la piel cuya finalidad está pensada para fines médicos y deportivos. Y es que una vez que se ha “pintado” en nuestra piel, esta marca proporciona información médica en tiempo real que puede ser usada tanto para prevenir enfermedades como para el control de las constantes vitales en deportistas profesionales.
La diferencia respecto al modo de tener una de estas impresiones en la piel es que no se realiza mediante el famoso punteo de agujas que introduce tinta entre la epidermis y la dermis. En este caso se sustituye la tinta por una electroconductora que se aplica directamente sobre la piel mediante un aplicador o por parches transferibles prediseñados.
Para sacar el máximo provecho a este nuevo tatuaje, se acompañan de un microcontrolador y unos micros LEDs, lo que da una apariencia de circuito electrónico personalizado. Este pack sobre nuestra piel permite conocer desde el ritmo cardiaco hasta la presión arterial, la temperatura corporal o los niveles de estrés. Unos datos accesibles desde nuestro smartphone gracias a una aplicación que Chaotic Moon ha diseñado para tal fin.
Desde la compañía norteamericana apuntan que “en un futuro el usuario podría adquirir su Tech Tat totalmente personalizado y preconfigurado con las funciones deseadas, para luego aplicárselo uno mismo sobre la piel sin ningún dolor y sin correr ningún riesgo por reacciones cutáneas o alergias”.
Una revolución gracias a la cual se abren las puertas para ayudar a muchas personas por ejemplo con su diabetes, las hormonas tiroideas o incluso para geolocalizar a personas con Alzheimer que se pierden. Un avance que ha despertado el interés de gigantes como Google que ya ha empezado a realizar sus propios proyectos con esta tecnología que convertirían a nuestro cuerpo en un panel táctil.