El dinero en efectivo comienza a parecer cosa del pasado. Hoy en día, cada vez menos gente lleva metálico encima, debido al auge de los pagos a través del móvil y de la tarjeta. Además, desde que comenzó la pandemia del coronavirus, el método contactless–sin contacto– se ha disparado aún más. Ni siquiera tenemos que recordar un código pin para efectuar el ingreso. Simplemente, con acercar la tarjeta, el teléfono móvil o un wearable –como un reloj inteligente o una pulsera– al TPV (Terminal de Punto de Venta) del comercio en cuestión, automáticamente hacen el cargo en nuestra cuenta bancaria, siempre y cuando sea inferior a 50 euros. Sin embargo, los pagos sin contacto presentan problemas de seguridad.
Debido al avance de estos modelos y con el fin de añadir más seguridad a estos pagos sin contacto, la compañía Thales (@thalesgroup) ha creado una tarjeta biométrica capaz de reconocer la huella digital del titular de la misma y autorizar el pago sin tener que introducir el pin en compras mayores de 50 euros.
Aparentemente, es igual que el resto de tarjetas. Su única diferencia es que incorpora un lector de huellas similar al del teléfono móvil. Tal y como regoce El Español, se espera que, en tan solo unos meses, este sistema pueda llegar a algunas tarjetas de bancos con sede en España.
Thales lleva desarrollando esta tarjeta desde 2015 y ha sido denominada como Biometric Sensor Payment Card, traducida como Tarjeta de Pago con Sensor Biométrico.
¿Cómo funciona?
Permite el pago sin contacto, pero también dispone del método tradicional de introducir la tarjeta e insertar el código PIN por si el lector no lee bien la huella. Thales asegura que el modelo de huella ofrece un mayor nivel de seguridad al no tener que teclear el número secreto y, además, autoriza los pagos que superen el límite de los 50 euros.
¿Cómo se activa? "Los datos de las huellas dactilares del usuario se cargan en la tarjeta mediante un proceso de inscripción personal sencillo y seguro, que se realiza desde casa o en una sucursal bancaria", señalan. El usuario tiene que insertar la nueva tarjeta en un dispositivo, enviado por Thales, para, a continuación, seguir los pasos indicados que le permitan finalizar el registro. La activación se completa con la primera transacción en el TPV. Además, sostienen que esos datos biométricos están completamente seguros, ya que permanecen almacenados en el chip de la tarjeta y ni el minorista ni el banco tienen acceso a ellos.
Después, a medida que el titular vaya efectuando más pagos, el sistema irá reconociendo la huella cada vez más rápido.
Además, una de las grandes ventajas que ofrece este sistema es que, si se nos pierde o nos roban la tarjeta, no debemos preocuparnos. No puede ser utilizada por otra persona que no seamos nosotros, ya que si la huella no coincide, no funciona.
A pesar de que los primeros proyectos piloto los han realizado en Reino Unido, desde 2018, más de 1.000 usuarios en ocho países han hecho pruebas con la tarjeta biométrica. Matthias Gelze, analista de field marketing en Thales, ha asegurado recientemente a El Español quela tarjeta de Thales podrá salir de la línea de montaje del centro de personalización que la empresa tiene en Barcelona y donde se distribuyen para todo tipo de entidades de Europa.
Sobre el autor:
Marta Vicente
Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.