Así se tejen las estafas amorosas en Internet: cuidado con estas señales

Cada vez más esferas de nuestra vida se van volcando en la red: el entretenimiento, las compras, las relaciones sociales y, por qué no, el ligoteo e incluso el amor. Pero como en el mundo real, Internet no es un lugar perfecto, y también la criminalidad encuentra su espacio en el mundo digital. De hecho, según afirmaba la Policía, a día de hoy es más fácil sufrir una estafa por Internet que un atraco en la calle.

Entre los tipos de fraude hay uno que ha ido ganando terreno en los últimos años: la estafa amorosa. Una forense lingüística española, Sheila Queralt Estévez, ha desmigado en su nuevo libro las claves que todo delincuente del amor repite con sus víctimas. Para ello, ha tomado como ejemplo a cuatro famosos estafadores españoles.  

Estafas amorosas en España

En el libro, Estafas amorosas: El donjuán seduce, convence y manipula, Sheila Queralt ha analizado el modus operandi y las artimañas lingüísticas que suelen emplear quienes manipulan sentimentalmente a sus víctimas para sacarles paulatinamente enormes sumas de dinero.

Los estafadores analizados son Rodrigo Nogueira, actualmente en prisión, Albert Cavallé, quien sustrajo además de miles de euros objetos de alto valor, Carmelo Hernando Matute y Francisco García Manzanares. Este último se hizo pasar por sargento del Salvamento Marítimo o piloto de Fórmula 1 y llegó a recaudar tres millones de euros de sus víctimas, según recoge Guillem Sánchez en su premiado libro El estafador.

Además de la estafa económica, las víctimas –generalmente mujeres– lidian con los problemas psicológicos derivados de haber sido engañadas por estos embaucadores: "se engaña, se roba y se humilla", condena Queralt.

Cómo identificar a un manipulador

Según la forense lingüística, las estafas sentimentales reproducen un patrón que podría dividirse en 4 fases: la seducción inicial, el engaño, el conflicto y la desaparición.

La fase de seducción suele estar precedida por una quisquillosa preparación del personaje que van a interpretar: suelen instalarse aplicaciones de citas (como Tinder, Badoo o Pof) y crearse un perfil de un hombre exitoso económica y laboralmente, presentándose como empresario, cirujano, piloto, heredero de una fortuna… De esta forma, consiguen garantizar que la víctima confiará en que le será devuelto su dinero.

En esta primera fase, los estafadores también analizan a fondo a la víctima, amoldándose a sus gustos para resaltar esa “compatibilidad única” que les haga sentir que han encontrado a su “media naranja”.

La fase del engaño pasa por mantener un perfil encantador con sus falsas parejas durante un largo periodo de tiempo: son cariñosos y atentos, están pendientes de los detalles y se infiltran en los núcleos de confianza de las afectadas. Así, la relación termina por asentarse y cuando comienza la estafa, todas las alertas racionales están desactivadas.

En un momento dado, comienzan los problemas económicos del estafador y la manipulación más feroz. Normalmente, advierten de que tienen un problema puntual y que devolverán lo antes posible el dinero. Estos casos se van acumulando hasta el punto de estafar cientos e incluso millones de euros.

En otras ocasiones, piden prestados objetos de valor que no devuelven o directamente los roban.

Finalmente, cuando la situación es insostenible, el estafador abandona a la víctima, no sin antes asegurarse que tiene nuevos objetivos. En muchas ocasiones, los estafadores tienen varias novias simultáneamente.

Esto resulta un doble golpe para la víctima: descubrir que han construido su relación sobre una mentira y que han sido estafadas con total naturalidad, lo que les lleva a sentirse ridiculizadas y no querer denunciar. Sin embargo, lejos de un error de ingenuidad, se tratan de profundos y prolongados engaños que van tejiendo una trampa sentimental.