La telomerasa es una enzima que ayuda a las células de nuestro organismo a mantenerse vivas al añadir al ADN los telómeros. Estos extremos están presentes en los cromosomas y su longitud está relacionada con la esperanza de vida y nuestro estado de salud. De esta manera, los telómeros cortos se vinculan con el envejecimiento y las enfermedades que se asocian a este, mientras que cuanto más largos fueran los telómeros, mayor sería la esperanza de vida.
Esto es lo que se creía hasta ahora, pero un estudio reciente publicado en The New England Journal of Medicine ha demostrado que no hay pruebas evidentes que demuestren esta relación, y de hecho, asegura que las personas con telómeros muy largos, tienen mayor riesgo de cáncer.
"La enzima telomerasa está presente en más del 95% de todos los tipos de cánceres humanos y está ausente en las células normales del cuerpo", asegura el equipo de la doctora María A. Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
"La inmortalidad es una de las características más universales de las células cancerosas. Estudiamos los mecanismos por los que las células tumorales son inmortales y las células normales son mortales", explica el equipo.
"Los telómeros son complejos de nucleoproteínas ubicados en los extremos de los cromosomas y son esenciales para la protección cromosómica y la estabilidad genómica. El acortamiento progresivo de los telómeros asociado al envejecimiento del organismo conduce al envejecimiento. Cuando se alteran los telómeros, las células madre adultas tienen una capacidad regenerativa mutilada", aseguran.
Pero ahora, la doctora Mary Armanios, profesora de oncología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, directora del Telomere Center en el Sidney Kimmel Comprehensive Cancer Center, y autora principal de este nuevo estudio, ha concedido una entrevista a The New York Times, desmontando la creencia extendida hasta ahora: "Se pensaba que los telómeros cortos eran malos, las personas con síndromes de envejecimiento prematuro tenían telómeros cortos, por lo que, por analogía, se pensaba que los telómeros largos eran buenos".
Pero la doctora y su equipo han demostrado que de la misma manera que los telómeros cortos provocan problemas de salud, los largos también lo hacen, y de hecho, se relacionan con un mayor riesgo de desarrollar cáncer, y un trastorno de la sangre que se conoce como CHIP, que se vincula con un aumento del 50% de probabilidades de tener enfermedades del corazón y los cánceres.
El medio estadounidense también ha hablado con la doctora Elizabeth Blackburn, profesora emérita de la Universidad de California en San Francisco, y participante del estudio que ganó un Premio Nobel por el descubrimiento de una enzima que participa en la fabricación de telómeros, y asegura que se trata de un "hermoso artículo", que ha sido capaz de demostrar la relación existente entre los telómeros largos y el desarrollo de enfermedades.
Este trabajo es el resultado de 20 años de investigación, cuando un grupo de científicos se dio cuenta de que la diferencia entre los telómeros de los jóvenes y los mayores, es que los de los primeros eran más largos.
No obstante, el hecho de la longitud preocupa cuando son más cortos o más largos de la media. Es decir, si los telómeros son más cortos de lo normal, el riesgo de tener problemas del sistema inmunitario, enfermedades degenerativas, fibrosis pulmonar, o una enfermedad pulmonar, aumenta. Mientras que los más largos, como se ha mencionado anteriormente, se relacionan con el riesgo de cáncer.
La relación entre telómeros largos y longevidad
Como hemos contado al principio, la creencia de que los telómeros largos eran beneficiosos y podrían ayudarnos a vivir más años, se basaba en la evidencia de que los cortos eran negativos: "Hay cosas que no se pueden deducir del estudio de las células", asegura Armanios al medio estadounidense tras su investigación.
Por eso, parte de su estudio se ha basado en buscar a personas que tuvieran la mutación genética POT1, que es la que puede favorecer tener los telómeros largos y también el riesgo de cáncer.
Los expertos consiguieron encontrar 17 personas de cinco familias que tenían entre 7 y 83 años con telómeros más largos de la media. Algunos de ellos también tenían tumores benignos y malignos, de hecho, durante los dos años que duró el estudio, cuatro de ellos murieron de cáncer.
Esto demuestra que las personas con esta mutación no tienen telómeros cortos, sino que los largos no dejaban que las células dejen de crecer, haciendo que el tumor crezca sin parar. Esto se produce sobre todo en la sangre, ya que las células aquí se producen continuamente, provocando el CHIP.
Y aquí es donde está la clave de la no longevidad de los telómeros: hasta este estudio se pensaba que era el proceso que se relaciona con el envejecimiento el que provocaba la aparición del cáncer, pero realmente son los telómeros largos los que crean el CHIP y favorecen que las células desarrollen mutaciones cancerígenas.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.