Mientras van pasando los años es más frecuente que aparezcan temblores en nuestro cuerpo. Esto se puede dar debido a que el envejecimiento empeora los mecanismos adaptativos a diferentes circunstancias externas, o porque es más frecuente la prevalencia de determinadas enfermedades.
La doctora Nieves Fernández Letamendi, geriatra en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, afirma que no hay que normalizar la aparición de temblores a partir de cierta edad. El temblor puede ser un mecanismo de respuesta del organismo a distintos factores como la adaptación a bajas temperaturas, fiebre, inicio de infección, bajadas de azúcar o ser efecto secundario de algún determinado fármaco.
Además de estas circunstancias, los temblores pueden aparecer de manera más frecuente, y aunque no sea excesivamente grave, puede llegar a limitar determinadas actividades más avanzadas como escribir o coser, así como limitar actividades básicas del día a día como comer o vestirse, limitando así nuestra autonomía y calidad de vida. Es importante valorarlo siempre para determinar la causa y el posible tratamiento.
En los adultos mayores, los temblores pueden ser un temblor esencial o un temblor secundario, ocasionado la mayoría de las veces por lo que se denomina parkinsonismos.
El temblor esencial es un trastorno neurológico no degenerativo, que suele aparecer a partir de los 40 años y que no está relacionado con otros problemas de salud. Sin embargo, este puede tener un condicionante genético y aparecer en diferentes miembros de una misma familia.
Este suele afectar principalmente a manos, cabeza y voz y se caracteriza por un temblor de intención de alta frecuencia, que suele empezar de manera gradual y en una sola mano o en la cabeza.
Por otro lado, la geriatra del Hospital Quirónsalud Zaragoza indica que en la enfermedad del párkinson, o en los denominados parkinsonismos, el temblor aparece en reposo, es constante y está asociado a otros problemas de salud, como dificultades a nivel muscular con una postura encorvada, peor equilibrio, rigidez, movimientos lentos, dificultad para caminar o incluso puede relacionarse con trastornos del sueño, del ánimo, deterioro cognitivo, hipotensión ortostática, problemas de vejiga o intestinales (estreñimiento), problemas para tragar o disfunción del olfato. Puede tener predisposición genética, desencadenante ambiental (ciertos herbicidas y pesticidas) o estar causados por problemas vasculares cerebrales o ser efecto secundario de algunos fármacos.
Es por ello que la doctora Nieves Ferández Letamendi inisiste en que no debemos normalizar el temblor como algo esperable con el envejecimiento ya que algunas causas pueden ser reversibles y si no, se puede proporcionar en el Hospital Quirónsalud Zaragoza el tratamiento más adecuado para minimizar los síntomas y enlentecer la progresión de la enfermedad.
Sobre el autor:
Stefano Traverso
Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.