En la calle: los jóvenes reconocen que han sido edadistas con los mayores
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Es demasiado habitual que se relacione la vejez con algo negativo. Y es que, muchas veces, se simplifica y estereotipa a los mayores, viéndoles como personas vulnerables, sin ningún tipo de matiz, y se tiende a infantilizarles o, incluso, a apartarles de la sociedad. Es lo que se llama: edadismo (discriminiación por edad). Por ello, y con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, 65Ymás ha querido salir a la calle para conocer qué les molesta a los mayores y para tratar de contribuir en dar una visión más positiva sobre la vejez, preguntándoles qué ventajas le ven a esta etapa de la vida.
Elvira (67 años).
Situaciones edadistas
En cuanto al edadismo, hay opiniones para todos los gustos. Así, a Elvira (67 años) le parece que, desde que se han tomado medidas a favor del buen trato, cada vez se respeta más a los mayores y se les engaña menos por el mero hecho de serlo. "Ha cambiado mucho", reconoce.
No obstante, Francisco y Josefa, una pareja de madrileños de 85 y 84 años, respectivamente, piensan que estas prácticas siguen siendo habituales. "Tratan de engañarte en el día a día. Se creen que por ser mayores somos tontos", sostiene Josefa. Y, según ella, no sólo pasa en los comercios, sino "con todos". Aunque este matrimonio hace una excepción: su familia. "Ellos saben la edad que tenemos y tratan de saber lo que queremos", apunta.
Del mismo modo, otras personas que este diario entrevistó por la calle, pero que no quisieron salir en vídeo, reconocían que habían sufrido robos y atracos, por el simple hecho de ser mayores.
Marco Tulio (87 años)
Aún así, no todos han sufrido edadismo. Es más, de los cinco entrevistados, tres piensan que se les trata mejor por ser mayores. "Creo que recibo una cierta consideración por parte de la gente", señala Marco Tulio (87 años). Por su parte, María Luisa (68 años) asegura que no la han "tratado diferente por la edad, ni por ser más tonta ni lista, las cosas como son". "En ningún momento me he sentido ni herido ni mal por ser mayor. Ni en el trabajo ni sin trabajar", añade otro hombre de 78 años (en el vídeo, abajo).
María Luisa (68 años)
Las ventajas de ser mayor
En cuanto a las ventajas de ser mayor, tampoco hay consenso. "Ahora mismo, tal y como está el país, no le veo ninguna ventaja", critica Elvira. Y es que la situación política, según ella, genera un clima de incertidumbre muy importante.
Aún así, el resto de personas con las que ha conversado este diario sí le que ven el lado positivo de llegar a los 65 años, aunque los hay más entusiastas y otros, que lo son menos. "Tenemos la ventaja de que no tenemos que ir a trabajar, es lo único", comenta Josefa. No obstante, su marido Francisco matiza: "Yo dejé el trabajo hace 20 años pero lo que pasa, es que ahora me aburro mucho. Quisiera volver pero ya no se puede".
Ciudadano anónimo (78 años)
Por otro lado, algunos ven la llegada de los 65 como una manera de liberarse de cargas, y no sólo de las económicas, sino también de las sociales. "No trabajas y haces lo que te da la gana. Además, como no tengo pareja, porque ya murió, no tengo que rendirle cuentas a nadie", apunta María Luisa.
Y luego, están los entusiastas de hacerse mayor. "Considero que la vejez es una cosa extraodinaria", asegura Marco Tulio. Asimismo, el hombre, que cumplirá este año 88 años, piensa que las personas de edad avanzada tienen la ventaja de la "experiencia de la vida" y que si conservan la ilusión, la "esperanza", los quéhaceres, la "familia" y los "proyectos", esta étapa de la vida puede llegar a ser muy positiva. "La peor cosa que le puede pasar a un viejo es que pierda las ilusiones", sentencia.
Finalmente, los hay que piensan que poco importa si eres joven o mayor, que es más importante la situación económica. "Uno se jubila con un determinado sistema y si no tienes ningún problema antes, sigues con tu vida normalmente", concluye el hombre de 78 años (arriba, en el vídeo).
Fransico y Josefa (85 y 84 años)