David Vargas
Sociedad
¿Tienes anunciada una vivienda por Internet? Cuidado con los estafadores
Si te ofrecen un precio superior al de venta o dinero en negro, ¡sospecha!
Ahora que se acercan las vacaciones y salimos del periodo de confinamiento, la Guardia Civil alerta en su cuenta de Twitter sobre la estafa por el método del Rip Deal (fraude en inglés). ¿En qué consiste? En realidad, es el timo de la estampita de toda la vida, pero está trayendo de cabeza a todo el sector inmobiliario. No te confíes pensando que nunca te podría llegar a pasar a ti; estas estafas están tan bien preparadas que incluso grandes promotoras inmobiliarias han estado a punto de caer en el timo, aunque no se haya hecho público por confidencialidad. Te explicamos cuál es su modus operandi.
La primera toma de contacto suele establecerse por teléfono, desde un número extranjero. Han visto tu anuncio por Internet o redes sociales y están muy interesados en la compra de tu piso. El estafador te informa que está actuando en nombre de una tercera persona, un conocido empresario del sector inmobiliario que prefiere guardar su anonimato. Malo. Esa ya es una primera señal de que algo no está funcionando. La segunda señal viene cuando te ofrecen un precio superior al de venta. ¿Desde cuándo te ofrece un comprador más dinero del que pides? Lo lógico es que te pida una rebaja, no al revés. Ese es su gancho: te ofrecen más. Lo justifican diciéndote que, a cambio, te pagarán una parte en negro. Y esa es la tercera señal de que se trata de un fraude en toda regla.
Una vez convencida la víctima, los estafadores informan al vendedor de que tienen billetes de 500 euros que no pueden introducir en su país y lo convencen para que se los cambie por billetes más pequeños. El encuentro se realiza por lo general en unas grandes oficinas (alquiladas para la ocasión) o en algún hotel de lujo para impresionar. Además, los delincuentes suelen llevar ropa de marca y relojes caros, lo que da una falsa sensación de seguridad a la víctima. Durante la reunión, los estafadores, de forma hábil y utilizando su mejores artimañas, consiguen colocar los billetes de 500 euros, que, por supuesto, son falsos, y cambiarlos por billetes de curso legal que les ha entregado el vendedor del piso. En ese momento, se cierra el trato y los timadores prometen realizar el pago del inmueble en unos días. Nunca se hará. El fraude ya está hecho.
Esta estafa no es nueva, pero parecía que se había acabado a raíz de la crisis del ladrillo de 2008. Nada más lejos de la realidad. Con la recuperación del sector, ha vuelto a resurgir con inusitada fuerza y métodos más sofisticados. Las denuncias se han incrementado en el último año y no parece que el coronavirus haya frenado las ansias de estafar de estos delincuentes, todo lo contrario. La Guardia Civil alerta que lo fundamental es no confiar en nadie que pida pagar en B una cantidad —es ilegal— o en divisas extranjeras. Lo mejor es hacerlo de forma reglada y no dejarse tentar por el dinero. Y es que, como reza el dicho, nadie da duros a cuatro pesetas…