Títulos nobiliarios en España: cuáles son y qué beneficios tienen

Los títulos nobiliarios son una distinción que se otorgaba antiguamente por parte de la monarquía con la intención de marcar un estatus social superior, que iba además acompañado de privilegios fiscales, sociales y simbólicos. Pero, ¿qué vigencia tienen a día de hoy? ¿Cuál es su jerarquía y qué utilidad tienen? 

No deben confundirse con los títulos reales, una serie de categorías que solo conciernen a la Corona Española y están amparados por una regulación especial. Son los títulos de Rey y Reina de España, Príncipe o Princesa de Asturias e Infante de España. 

Los títulos nobiliarios, en cambio, no tienen una protección especial ni suponen ningún privilegio frente a los ciudadanos, por lo que, a nivel jurídico, únicamente reciben el beneficio protocolario de ser referidos como Ilustrísimos Señores o Excelentísimos Señores, en el caso de los Grandes de España. Sin embargo, esta es una circunstancia históricamente reciente, ya que por ejemplo, hasta 1986, tenían el privilegio de viajar con pasaporte diplomático. 

Jerarquía de los títulos nobiliarios

Tras los títulos reales, que reciben la más alta distinción, se organizan una serie de títulos nobiliarios que se ordenarían de la siguiente manera:

• Duque, Duquesa. Las personas con este título son a su vez Grandes de España. 
• Marqués, Marquesa
• Conde, Condesa
• Vizconde, Vizcondesa
• Barón, Baronesa
• Señor, Señora

En sus orígenes están asociados a la porción de territorio que les pertenecía y que debían supervisar: un ducado, un marquesado, un condado o una baronía. 

Grandes de España 

Mientras que los anteriores títulos iban asociados a la gobernanza de un territorio, el título de Grande de España era un designio honorífico que otorgaba el rey a los súbditos cuando tenían un papel destacado en alguna misión ligada a la Corona, generalmente batallas, y que suponía un reconocimiento del más alto nivel frente a la sociedad. Un Barón al que se le ha concedido el título de Grande de España está por encima de un Marqués sin este título. Es un privilegio simbólico, ya que antiguamente, a efectos prácticos, la única distinción con respecto al resto es que podía estar cubierto frente al rey, o lo que es igual, no estaba obligado a quitarse el sombrero.