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Un traje que simula los efectos de la vejez ha permitido aumentar su empatía hacia las personas mayores de los profesionales sociosanitarios de cuatro residencias de la Comunidad de Madrid y de Asturias, que han participado en un proyecto pionero.
Así lo ha dado a conocer este martes la Fundación 'la Caixa' (@FundlaCaixa), que seleccionó esta iniciativa en la convocatoria de proyectos de investigación experimental en ciencias sociales del Observatorio Social de la entidad en 2019. El estudio fue ideado por Stefan Walter y ha sido desarrollado por Rosa María Martínez Piédrola y otros investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) junto con Fernando Martínez Cuervo, de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias.
El traje ya había sido usado en la formación de profesionales de la salud y tiene un peso total de 20 kilogramos, repartidos por diferentes partes del cuerpo, así como unas gafas que simulan diferentes patologías visuales, como cataratas o glaucoma, y unos cascos que reducen la audición. "El efecto que produce el peso es la disminución de la velocidad y la movilidad y, además, repercute en la capacidad cardiorrespiratoria de la persona", explica la investigadora Martínez Piédrola.
"¿Cuántos años queréis que me ponga encima hoy?", bromea Gema Postigo García, fisioterapeuta de la residencia para personas mayores Reina Sofía, de Las Rozas (Madrid), con Luz y Teresa, dos de las mujeres que viven en el centro. Según indica la investigadora, los sociosanitarios que han participado en el proyecto "se iban dando cuenta de por qué las personas con las que trabajan diariamente tardan tanto en vestirse, por qué les tienen que repetir tantas veces las cosas o por qué se cansan".
Descubrir las dificultades que afrontan
Para la fisioterapeuta, la experiencia es "muy buena". "Eres más consciente y descubres todas las dificultades que tienen los residentes a la hora de moverse a causa de sus distintas patologías. Lo que más me sorprendió fue no ya la limitación articular que puedes tener con el traje, sino lo mermada que se ve la capacidad respiratoria", reconoce Postigo García.
Bajo el título Mejorar la empatía hacia el mayor mediante la simulación de la vejez, esta iniciativa se llevó a cabo en cuatro residencias de personas mayores --dos de la Comunidad de Madrid y dos del Principado de Asturias-- con profesionales de atención directa, como auxiliares, fisioterapeutas, enfermeras y terapeutas ocupacionales.
"Todas las personas que participaron recibieron previamente una formación sobre la importancia de la empatía y, a continuación, la mitad de ellas se probó el traje y realizó con él diferentes actividades cotidianas, como subir escaleras, utilizar el ascensor, tumbarse en la cama e intentar levantarse o coger algo del suelo", detalla Martínez Piédrola.
En cuanto a los beneficios de aumentar la empatía, la investigadora destaca que se produce una atención "mucho más personalizada porque la persona cuidadora se pone en el papel de la persona mayor y comprende mucho mejor sus limitaciones y sus problemas", la relación es mejor entre ellos y, "en muchos casos disminuyen los niveles de estrés y mejora la calidad de vida de los propios cuidadores".
Como ejemplo de ello, Postigo García asegura que, por su profesión de fisioterapeuta, "ya sabía las limitaciones que las personas mayores tienen tanto a nivel articular como de capacidad pulmonar", pero ahora las entiende "muchísimo mejor". "Antes de ponerme el traje no me daba cuenta de todas las dificultades. Aunque les tengo que exigir siempre, aprendí a ser mucho más paciente con ellas", recalca.
Según la escala de empatía médica de Jefferson en su versión para profesionales sanitarios, los que realizaron esta prueba mejoraron en un 14,5% sus habilidades empáticas globales, aumentaron en un 5% las habilidades cognitivas empáticas que consideran la perspectiva de la persona mayor e incrementaron hasta en un 15% los aspectos relacionados con la identificación de las emociones de los mayores.
"La idea sería ampliar la muestra y llevar el estudio a más residencias de toda España. Mientras tanto, nosotros continuaremos utilizándolo en la formación de los futuros profesionales sanitarios", cuenta Martínez Piédrola, antes de ayudar a la fisioterapeuta a "rejuvenecer" quitándole el traje "año a año, pieza a pieza".