Deshabitada desde hace 50 años, una pequeña aldea de Lugo está a punto de renacer. La nueva vida se la dará un grupo de jubilados que se enamoró de la zona cuando buscaba un lugar para retirarse. Hasta aquí llegaron gracias a una agencia inmobiliaria especializada en vender propiedades abandonadas en Galicia.
Estos amigos, tal y como asegura la agencia Atlas, han pagado 140.000 euros para hacerse con todo el pueblo, de 50.000 metros cuadrados. Ahora deberán rehabilitar las fincas y hacer posible su sueño de retirarse todos juntos en este precioso lugar alejado de las grandes ciudades.
Este ejemplo puede servir para volver a habitar las zonas rurales que han ido quedando despobladas en los últimos debido al gran éxodo rural que ha sufrido España. Con el mismo fin, otros pueblos ofrecen viviendas o sueldos para familias que vayan a vivir allí para intentar evitar que estas pequeñas localidades terminen abandonadas.
Y es que la despoblación es uno de los problemas más graves que afronta España. Escuelas que cierran, farmacias extintas, hospitales a más de una hora de distancia en UVI móvil... Esta es la situación del 80% de los pueblos del país que están es riesgo de extinción.
Aislados, envejecidos y con cada vez menos fuentes de ingresos viven los habitantes de pueblos de 14 provincias españolas de Castilla León, Castilla la Mancha, Aragón y la Rioja, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y en más de 3.000, ya no vive nadie.
Soria, Teruel y Cuenca escenifican el triángulo de la despoblación. La provincia de Soria ha perdido cerca de 300 habitantes durante el año 2018, según los datos del censo, convirtiéndose en la zona cero de la crisis demográfica. La densidad se sitúa en 8,6 habitantes por km2, con un total de 88.600 habitantes en la provincia y hay zonas como la comarca de Tierras Altas de Soria donde no llegan ni a 2 habitantes por km2. Le sigue Teruel con 9,5 habitantes y Cuenca con 11,5 habitantes por km2.
Las soluciones, tal y como apuntan desde plataformas que luchan contra este problema, como Soria ¡Ya! o Teruel Existe, pasan por mayores inversiones en infraestructuras viales, pero también de telecomunicaciones, así como una fiscalidad que incentive a las empresas a instalarse en este entorno, de cara a recuperar el tejido industrial y el empleo.
