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La Generalitat Valenciana sancionará con multas que oscilarán entre los 60 y los 60.000 euros a los establecimientos, hogares, centros y residencias de servicios sociales que incumplan las medidas preventivas frente a la COVID-19 y regulará asimismo la suspensión de salidas y visitas en una resolución específica para cada centro atendiendo a la situación epidemiológica de la zona en la que se ubican.
Al respecto, la vicepresidenta y consellera de Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, ha explicado en rueda de prensa, que este decreto ley aprobado hoy por el Consell no es "tanto por incumplimientos detectados", que se investigan, sino para adaptar la normativa sancionadora con "seguridad jurídica" a esta situación extraordinaria.
Así, al igual que la pasada semana se aprobó el régimen sancionador para la población en general ahora se establece "una normativa taxativa y clara" de la tipología y sanción correspondiente para el ámbito de los servicios sociales.
De este modo, se tipifican como faltas leves, graves o muy graves atendiendo a incumplimientos del aforo del local, de la obligación de informar a las personas residentes, visitantes o usuarias sobre el régimen horario, de la distancia mínima interpersonal y de la obligatoriedad del uso de la mascarilla.
También se contempla como falta el incumplimiento de las medidas generales de higiene y prevención adoptadas por la Generalitat, las órdenes generales de confinamiento decretado o de la medida cautelar de cuarentena, entre otras consideraciones. Atendiendo a la gravedad ocasionada o al número de personas a las que pueda afectar el incumplimiento de la medida, las faltas se clasificarán como leves, graves o muy graves.
Asimismo, para imponer las sanciones se tendrá en cuenta la intencionalidad de los hechos, la negligencia, la gravedad en el riesgo para la salud de los usuarios y usuarias de dichos servicios y la existencia de reiteración y reincidencia, entre otros aspectos.
Las multas oscilarán entre los 60 hasta 600 euros para las faltas leves, de 601 a 30.000 euros para las faltas graves, y de los 30.001 euros hasta los 60.000 que pueden imponerse en los casos de faltas muy graves.
Prohibición de salidas
Por otra parte, ha confirmado que "en días" se publicará el nuevo protocolo para las residencias, elaborado entre los técnicos de las consellerias de Sanidad y de Políticas Inclusivas, que supondrá un endurecimiento a las medidas de la fase 3 de desescalada que regían estos centros desde el pasado 29 de junio, y que endurece las salidas para los residentes.
Oltra ha insistido en que visto cómo está evolucionando la pandemia y que la OMS ha dictaminado que al virus "le gusta todos los climas" y no ha bajado la intensidad de contagios por el calor se ha decido no habrá nueva normalidad en las residencias.
Al respecto, ha explicado que la suspensión de visitas y de salidas de las residencias se regulará en una resolución específica para cada centro en función de lo que los técnicos de salud pública dictaminen atendiendo a los criterios epidemiológicos de la zona en la que se ubiquen.
Así, cuando una zona presente un índice de contagio elevado se valorará la suspensión de salidas, que son "más peligrosas", o incluso de las visitas, aunque está prohibición debe "valorarse mucho" por los perjuicios que genera en los mayores tras tres meses de confinamiento. "Hay que buscar el equilibrio entre la preservación salud con el respeto humano y afectivo", ha señalado.
Oltra ha subrayado que las residencias de la Comunitat son "tan seguras como ir a un supermercado, ir un teatro o a cualquier establecimiento en el que se cumplen las normas de seguridad", lo que no garantiza que el virus vaya a entrar en una residencia porque es "muy puñetero". "Pero tenemos protocolos, normativa y el entrenamiento de la primera ola de la pandemia y todos hemos ganado en sabiduría y destreza de cómo comportarse en un brote", ha recalcado.
En ese sentido, ha señalado que "todo está bajo estudio" porque "queda mucho por saber de este virus". Así, se ha observado que en algunos casos los positivos "no son de personas que se han vuelto a contagiar sino que dan negativo y al tiempo vuelven a dar positivo porque el virus no se ha terminado de ir". Es lo que ocurre en una residencia en la que los seis positivos --tres trabajadores y tres residentes-- habían sido ya contagiados en la primera oleada.