Tal como explica en esta entrevista concedida a 65YMÁS, ofrece innovadoras herramientas para empezar a combatirlo, desde ponerse las 'gafas del edadismo' – un símil que también se ha utilizado para detectar el machismo– hasta rebuscar en nuestra 'despensa cerebral' para descubrir las conexiones que hacen que categoricemos prácticamente a casi todas las personas que conocemos en función de rasgos como la edad, y las consecuencias de ellos, que van desde los prejuicios a la discriminación.
La conclusión es que "la edad se ha convertido en una trampa, que limita el acceso a servicios, genera expectativas rígidas y a nivel de autopercepción, supone el riesgo de caer en los estereotipos creados.", según la experta. Ya sea en el de persona mayor frágil y débil o de joven activo y que puede con todo. "Vivimos con la amenaza constante de acabar cumpliendo los estereotipos", nos cuenta.
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PREGUNTA.- Vania de la Fuente-Núñez, médica, antropóloga, exdirectora la Campaña mundial contra el edadismo de la OMS. ¿Cómo te has decidido a escribir este libro? ¿Por qué ahora?
RESPUESTA.- Me he dado cuenta de que a pesar de haber estado en la OMS, apoyando a gobierno y dando charlas sobre la discriminación por edad en todo el mundo, llegaba a un grupo limitado de personas. Y es necesario que este mensaje llegue a más personas, dar ese paso más allá y por eso me decidí a sacar el libro.
Ví la necesidad urgente de visibilizar el edadismo. Hay que dar a conocer las herramientas que hacen que tengamos un mundo para todas las edades, detectar las microagresiones cotidianas, como explico en el libro. Dejé mi cargo en la OMS, entre otras cosas, para dar ese paso y trasladarme a la acción, y ahora me dedico a asesorar a gobiernos, instituciones y empresas de todo el mundo sobre temas de edad y edadismo.
P.- Haces referencias en tu libro al edadismo internacional, desde Biden a la lucha de un Chileno que se enfrentó a la banca como Carlos San Juan aquí en España… ¿Qué otros ejemplos nos puedes dar?
R.- Lo que yo quería demostrar con estos ejemplos es que el cambio hacia un mundo para todas las edades está en manos de todos nosotros. Ponerse las gafas del edadismo, darse cuenta de que existe y aprender las herramientas para combatirlo, debería ser un punto de inflexión en nuestras vidas.
Ejemplos el de una niña de 11 años, Amelia, que quería ser directora, pero sufría edadismo porque le decían que no podía con su edad o la revista Allure, que prohibió el término antiedad… visibilizan esta realidad y muestran que el edadismo no solo lo sufren los mayores, si no también los jóvenes.
P.- ¿Cuándo te pusiste tú las gafas del edadismo?
R.- Yo soy médica de formación – además de antropóloga– y mi vocación me llevaba a querer eliminar las disparidades. Ahí me di cuenta de que los mayores son uno de los grupos más afectados por la discriminación por edad, junto a los jóvenes. Sufren exclusión, limitaciones, por motivos de edad. Las gafas son solo un ejemplo visual, una herramienta que nos debería hacer reflexionar sobre los sesgos que todos tenemos. Todos somos edadistas…
"Todos somos edadistas…"
P.- Y eso me lleva a la pregunta de, ¿te consideras más machista o más edadista?
R.- Es difícil responder. Pero yo diría que aún con todo lo que he trabajado para combatirlo, soy más edadista, ya que está socialmente más aceptado que el machismo, pero también más invisibilizado.
P.- ¿Qué les dirías a los mayores para que se empoderasen y combatiesen ese edadismo que sufren?
R.- Pues lo primero es darse cuenta de qué situaciones o que estereotipos nos limitan. Porque en muchos casos, asumimos como que es lo que nos toca. Lo normalizamos, desde dificultades para acceder a un empleo hasta que nos limiten el acceso a un tratamiento médico. Categorizamos y al final acabamos cayendo en los mismos estereotipos creados socialmente.
P.- Señalas en el libro a las relaciones intergeneracionales como una de las herramientas más potentes para combatir el edadismo.
R.- Sí, tener relaciones intergeneracionales, amistades de diferentes edades, es una de las herramientas más potentes para combatir el edadismo. El problema es que en las encuestas se demuestra que la mayoría de la población está abierta a ellas, pero eso al final, no se traslada a la práctica.
Hay ejemplos de iniciativas de iniciativas que fomentan la convivencia entre jóvenes universitarios y personas mayores que viven solas, que son fórmulas muy sencillas y que tienen éxito, pero en el libro hablo de muchas más.
"Tener amistades de diferentes edades es una de las herramientas más potentes para combatir el edadismo"
P.- Edadismo sanitario, límite de acceso a servicios, laboral ¿Cuál crees que es el peor tipo de edadismo?
R.- No hay ninguno mejor o peor que el otro. Cualquier forma de edadismo es mala porque tiene un impacto en la salud y el bienestar de las personas.
P.- En el libro habla también de por qué la pregunta, '¿Qué edad tienes?' no es tan inofensiva.
R.- El problema no es la edad, sino vivir en una sociedad en la que se le ha dado un papel dominante a la edad cronológica. La edad es una trampa por varias razones. A nivel institucional porque limita el acceso a servicios, a nivel social porque genera expectativas rígidas y a nivel de autopercepción porque caemos en la trampa de convertirnos en el estereotipo, ya sea de persona mayor frágil y débil o de joven activo y que puede con todo, por ejemplo. Vivimos con la amenaza contraste de acabar cumpliendo los estereotipos. Por ejemplo, ante pérdidas de memoria, asociadas a la vejez.
"Discriminación por edad hay en todo el mundo. En España el problema es que no lo reconocemos"
P.- ¿Somos más o menos edadistas a aquí en España que en el resto del mundo?
R.- Discriminación por edad hay en todo el mundo. En España el problema es que no lo reconocemos. El 52% de la población no lo considera una problema grave. Uno de cada 2 personas en España son edadistas y una de cada tres reconoce que ha sufrido edadismo, tanto mayores, como jóvenes.
Pero es un problema grave y mundial, sobre todo por lo que conlleva respecto a exclusiones, limitación de nuestro potencial…. Ser edadista nos afecta a todos y corre el riesgo de volver como un boomerang. A mayores, esperamos llegar todos y ser edadista es algo que no nos beneficia.
P.- En el libro eres muy crítica con el Covid, con las empresas e instituciones respecto a su falta de empatía con las personas de más edad, ¿qué les dirías para que se pusiesen las gafas del edadismo? ¿No hemos aprendido nada con el Covid?
R.- Bueno sí, se está remodelando el modelo de cuidados, pero no todo lo que se debería. La publicidad sigue siendo edadista pero empieza a haber un cambio. Algunas empresas están mostrando interés por el tema, ya sea por empatía o porque ven una oportunidad de mercado.
"La publicidad sigue siendo edadista pero empieza a haber un cambio"
P.- En el libro también tienes un hueco para denunciar el edadismo farmacéutico, es decir, que los fármacos no se prueben en mayores de 75 años, que también hemos denunciado en 65YMÁS.
R.- Para mi el problema es preguntarme cómo hemos podido estar tanto tiempo así. En 2019, la agencia reguladora de EEUU empieza a exigir un plan que incluya cómo se seleccionan pacientes del estudio por edad en los ensayos y si no lo hacen tienen que justificar por qué. No obligar, pero exigen justificación y eso ya es algo… pero cómo hemos podido estar tanto tiempo así.
No tiene sentido que enfermedades con más prevalencia en mayores se estén probando en población joven. Es un despropósito. Está claro que las farmacéuticas y las agencias reguladoras tienen su papel ahí.
P.- Y, ¿la OMS?
R.- No, nosotros actuábamos más a nivel de ministerios de sanidad, pero no teníamos nada concreto en este sentido.
"Falta una estrategia común a nivel gubernamental que defienda y proteja a los mayores y sus derechos"
P.- ¿Qué opinas de la campaña de firmas inspirada por Fernando Ónega que aboga por la creación de un Ministerio de Mayores?
R.- No sé si se necesita un Ministerio, pero sí falta una estrategia común a nivel gubernamental que defienda y proteja a los mayores y sus derechos. No sé si es un ministerio de mayores la solución, o políticas intergeneracionales y transversales, que se centren en las desventajas de ser persona joven y persona mayor, ya que muchos de los desafíos tienen una raíz común.
Entre otras muchas cosas, ayudaría a visibilizar los temas que afectan a mayores, pero al final en el detalle y en la ejecución, es donde está la clave, así que dependería de cómo se implementen después las políticas de mayores.
P.- Llevas muchos años como experta en envejecimiento y ahora asesorando a instituciones y empresas, ¿has notado cambios?
R.- Sí, hay cambios respecto a hace 10 años. Muchas instituciones y algunas empresas se empiezan a dar cuenta de la importancia de las personas mayores, aunque solo sea por su gran peso demográfico. Y se han dado pasos importantes. En mi Galicia natal, con una Cátedra pionera contra el Edadismo o a nivel nacional, con una Ley Integral sobre el Buen Trato y la No Discriminación que menciona explícitamente la edad. Pero se necesita mucho más.
"Ya hay una Ley sobre Buen Trato y No Discriminación que menciona la edad. Pero se necesita mucho más"
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.