Carlos Blanco Cocho
Sociedad
Herencia millonaria: la exhumación de sus abuelos podría hacerle rica de la noche a la mañana
La prueba a sus posibles abuelos podría demostrar su parentesco con un multimillonario menorquí
Tras casi tres años de lucha legal, esta vecina marbellí de 70 años puede conseguir una herencia multimillonaria. Solo necesita probar que desciende de un rico menorquí, fallecido hace tres años. Ella asegura que este hombre es su padre.
Resulta que este magnate, instalado en la soltería durante toda su vida, vivía a caballo entre Menorca y Barcelona. En la Ciudad Condal, presuntamente, mantuvo una prolongada relación con su madre. Según asegura su equipo legal, el magnate no solo conocía la existencia de su hija, sino que mantenía constantes contactos con ella, a la que tenía pensado reconocer poco antes de que le alcanzara la muerte.
Para desbloquear la herencia, la supuesta heredera depende de una prueba de ADN. Una prueba que tendrá que hacerse a los restos de sus supuestos abuelos, los padres del finado. ¿Por qué no probarlo directamente con el padre? Resulta que su cadáver no se halla entre nosotros. Fue incinerado. Es por ello por lo que la vecina pidió ante un juez de Menorca la autorización para poder exhumar esos restos, que a día de hoy yacen en la misma isla.
Una herencia de hasta 40 'kilos'
El abogado de la mujer, Fernando Osuna, entró en directo al programa de Antena 3, Espejo Público, para detallar el caso. "La herencia oscila entre los 30 y los 40 millones de euros" explicó. "Hay herederos. Sobrinos, primos y demás parientes, pero mi clienta sería la hija, por eso tendría preferencia", añadió el letrado, quien añadió que entre las numerosas propiedades se encuentran varios palacios, así como inversiones culturales y artísticas.
En declaraciones pasadas a Diario SUR el jurista había especificado que la demanda se dirige contra los hermanos del multimillonario, que tratan de impedir que la marbellí obtenga las muestras necesarias. A estas personas la mujer despojaría de la herencia, ya que, si la inquisición de los científicos acaba dándole la razón, se convertiría en la única heredera forzosa -no se conocen más hermanos-.
De hecho, los hermanos se han negado en redondo a aportar muestras de su propio ADN, que también servirían para comprobar el parentesco. De ahí, por tanto, que haya tenido que recurrir a los restos óseos de sus supuestos abuelos.