Ocho vecinos de un pueblo de Burgos logran salvar su iglesia del siglo XVI: "Tiene futuro"

Los vecinos de Fuenteodra, una localidad situada en Burgos (Castilla y León) han conseguido lo que hace unos años parecía imposible, salvar la Iglesia de San Lorenzo Mártir del "derrumbe y ruina irreversible", la cual llegó a cerrarse al culto desde hace más de una década y ponía en riesgo las viviendas cercanas. 

"El abandono del mundo rural en la España Vaciada y la falta de recursos de una pedanía con apenas ocho vecinos son algunas de las causas que están conduciendo al colapso", explicaban en la campaña de recaudación que iniciaron en 2020, pidiendo ayuda para poder conservar "este templo tardogótico único en pleno corazón del Geoparque Mundial de la Unesco Las Loras".

Se llegó a incluir en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra por el riesgo de desaparición. Su pérdida "asestaría un golpe moral muy duro sobre la memoria y el sentir de un pueblo y sus habitantes", aseguraban. 

De esta forma, consideraban que "estamos obligados ante las futuras generaciones a conservar este singular legado de nuestros antepasados, que levantaron unidos, con un esfuerzo titánico, hace ya más de quinientos años. Y todos estamos convencidos de que esta iglesia tiene futuro", añadían, apuntando que "ser una población pequeña con apenas 8 vecinos y con muy escasos recursos no debería ser escusa para abandonar a su suerte este insustituible patrimonio".

Tras años de lucha, los vecinos no solo han conseguido recaudar el objetivo que habían planteado (gracias no solo a la recaudación, también a la recogida de firmas y venta de lotería, camisetas, calendarios...), sino que lo han superado con creces, consiguiendo un total de 51.193 euros. 

A esta primera campaña de micromecenazgo, organizada por la Asociación Cultural Manapites, se suman más de 45.000 euros de una segunda, por lo que en total han conseguido recaudar alrededor de 100.000 euros de un millar de donantes, según recogen diferentes medios, permitiéndoles así salvar su iglesia. 

Los primeros 30.437 euros estarían destinados a recuperar la cubierta de la torre-campanario, mientras que el dinero extra iría para salvar el resto del templo, del siglo XVI, "original y único", según lo previsto por los técnicos. Su objetivo último sería "dar vida al templo, tendrá futuro como dinamizador cultural del entorno".