El verano es sinónimo de vacaciones, de volver al pueblo o escaparse a un destino paradisiaco con familia o amigos. Sin embargo, lo que para muchos es sinónimo de compañía, para otros significa todo lo contrario. Y es que durante estos meses, muchos mayores ven cómo sus hijos y nietos se van a disfrutar de unos días de descanso sin ellos.
En España,más de 2 millones de personas mayores viven solas(de los más de 9 millones de mayores que hay en nuestro país) según la Encuesta Continua de Hogares, que realiza el Instituto Nacional de Estadística. “Ahora bien, hay que matizar esta cifra: vivir solo no es sentirse solo. Sí se podría decir que vivir solo es factor de riesgo de sentir soledad y, en consecuencia, de los efectos que ese sentimiento subjetivo tiene sobre la salud y el bienestar, siempre que se combine con otros factores asociados a la soledad, como: problemas de salud y movilidad, vivir en una vivienda no accesible, ausencia de redes de apoyo familiar y vecinal, recursos económicos limitados, etc”, explica a 65YMÁS José Ángel Palacios, responsable de Comunicación de Grandes Amigos. Tampoco desde Adopta un Abuelo, ni Cruz Roja cuentan con datos que confirmen este aumento de la soledad.
Aún así, y teniendo esto en cuenta, cabe preguntarse: ¿aumenta la sensación de soledad de los mayores en verano? “Efectivamente, en verano suele aumentar la sensación de soledad y abandono en las personas mayores”, opina Palacios. Esto se debe a que la red de confianza de los mayores (su familia) desaparece temporalmente de su lugar habitual de residencia con motivo de las vacaciones. “Además, las altas temperaturas del verano limitan por razones lógicas la socialización de personas mayores que se ven afectadas por el calor y prefieren quedarse en casa”, explica Palacios.
Otro de los factores que también influye es la demografía, tal y como cuenta Palacios: “Seguramente no haya mucha más familia de la que tirar, porque en España lo normal es tener un hijo por familia. Y la otra realidad que nos encontramos tiene que ver con esto último: muchas familias en riesgo o situación de soledad que acompañamos en Grandes Amigos directamente no tienen familia, porque han sido hijos únicos, han enviudado, no tienen descendencia… situaciones diversas que reflejan el cambio demográfico al que vamos: una sociedad envejecida y solitaria”.
El papel de las familias
No obstante, desde Grandes Amigos quieren matizar algo importante sobre el papel de la familia, no solo en verano, sino en cualquier época del año: “Muchas veces se tiende a 'criminalizar' o 'culpar' a la familia de la soledad de las personas mayores. Pero la realidad que nos encontramos a diario en Grandes Amigos cuestiona esa teoría: por un lado, las personas mayores que sí tienen familia (hijos, nietos…) suelen tener una buena relación y se ven todo lo que pueden, que no siempre es todo lo que desearían unos y otros, pero la actual sociedad digamos que no está muy bien montada y dificulta la socialización intrafamiliar y fuera de la familia: la conciliación de la vida laboral y familiar a día de hoy no es una realidad y muchas veces los hijos y nietos quieren ir a ver sus padres mayores pero no les da la vida, porque salen tarde de trabajar, tienen que recoger a los hijos, o tienen que cruzarse media ciudad y tardan 1 o 2 horas en ir y volver de ver a sus padres”.
“Ante esto, creemos que lo más sensato es asumir cómo es el mundo en el que estamos y buscar alternativas a la necesaria y saludable socialización en nuestro entorno más cercano, es decir, en el vecindario, el barrio… Por eso todos los programas de Grandes Amigos se encaminan a recuperar esas relaciones vecinales de toda la vida, uniendo a personas mayores con personas voluntarias bajo dos criterios: la afinidad de personalidades, gustos, preferencias… y la cercanía geográfica, intentando que vivan en el mismo barrio o distrito, ya que parece mucho más fácil socializar con las personas que viven cerca que con alguien que vive en la otra punta de la ciudad o directamente en otro territorio”, opina el responsable de prensa de Grandes Amigos.
Iniciativas de verano para mayores
Como la sensación de soledad puede aumentar durante estos meses, son varias las iniciativas creadas para paliar este sentimiento. En Grandes Amigos por ejemplo, tienen un programa llamado Vacaciones Adaptadas: “Organizamos y financiamos viajes de un día o de fin de semana para que las personas mayores, que son precisamente quienes más necesitan salir tras dos años de pandemia si queremos frenar el empeoramiento de su salud, tienen la oportunidad de romper con el ostracismo estival, salir, conocer nuevas amistades, vivir experiencias estimulantes, gracias a estas minivacaciones”, explica Palacios.
“Además, este año nos hemos puesto un reto: que al menos 100 personas mayores tengan un verano diferente y puedan salir por fin de casa, las llevaremos varios días a un hotel adaptado a sus necesidades, en plena naturaleza, con un montón de actividades saludables y excursiones y, lo más importante, con la compañía y el afecto de buenos amigos que les presentaremos. Para hacerlo posible hemos puesto en marcha una campaña de crowdfunding, llamada precisamente así, Un verano diferente, para que todo el mundo pueda hacer una aportación y ayudarnos a cambiar el verano de las personas mayores en soledad”, nos comenta el responsable de prensa de la Fundación.
También muchos ayuntamientos están concienciados con paliar este problema social, y durante todo el año organizan diferentes actividades e iniciativas para los mayores. Por ejemplo, en Guadalajara están llevando a cabo el programa Actívate en verano,para que sus mayores se mantengan activos. O en Málaga, donde los mayores han disfrutado de guateques playeros que incluían música, baños en la playa, bailes y juegos, entre otras actividades saludables.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.