Para muchos, el verano significa desconexión, dejar la rutina y salir, socializar e irse de vacaciones, sin embargo, para algunas personas que viven aisladas, que no tienen a nadie o ven cómo sus familias se marchan de la ciudad a disfrutar de esos días de descanso, significa pasar estos meses dentro de casa, “cuando es la antítesis del verano”.
Si nos fijamos en la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 4.889.900 millones de personas viven solas en España, de las cuales 2.131.400 millones son personas mayores, siendo casi el 70% mujeres (1.511.000). Si bien es cierto que no es lo mismo vivir solo que sentirse solo, esto supone un factor de riesgo que puede derivar en un sentimiento de soledad no deseada.
Sin embargo, y a pesar de que la soledad no deseada ha llegado a considerarse como la "pandemia del siglo XXI", todo lo que se pueden encontrar son algunos estudios que ofrecen un vistazo de la dimensión del problema. En este sentido, el informe El coste de la soledad no deseada en España, presentado el pasado mes de abril por el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), creado por Fundación ONCE (@Fundacion_ONCE) en colaboración con Nextdoor y las universidades de A Coruña y Vigo, indica que la soledad no deseada afecta al 13,4% de la población española, siendo más común en mujeres (14,8%) que en hombres (12,1%).
Del mismo modo, la Fundación Alares, que ha cambiado su nombre a Fundación Vivofácil (@Fund_Vivofacil), presentaba recientemente los resultados de su informe sobre soledad no deseada y el impacto que tiene en la salud mental de mayores y jóvenes. En él destacan que, en términos generales y con independencia de la edad, el 39,3% de los encuestados se siente solo durante todo el año.
El boletín sobre vulnerabilidad dedicado a la situación de las personas mayores que atiende Cruz Roja, publicado en diciembre de 2021, también reflejaba esta situación, y es que Cruz Roja atiene a más de 260.000 mujeres y hombres mayores, de los cuales, el 24% se siente solo, aislado o reconoce que le falta compañía con frecuencia, casi siempre o siempre, siendo las mujeres las que en mayor medida reconocen sentirse solas.
“Estamos ante un fenómeno complejo que tiene diferentes miradas y es importante verlas todas, y se hace incluso más complicado durante el verano por todo lo que implica, especialmente para personas que tienen problemas de salud”, explica en este sentido Albert Quiles, director de la Fundación Amigos de los Mayores (@AmigosMayoresEs) a 65YMÁS.
La Fundación Amigos de los Mayores lleva desde 1987 luchando contra la soledad no deseada a través de programas de voluntariado, para lo cual, "organizan diferentes actividades a lo largo de todo el año para fomentar la socialización y acompañar a los mayores que se sienten solos", especialmente en épocas como Navidad o verano, cuando “cierran algunos comercios o espacios comunitarios donde mayores pueden ir a charlar, los voluntarios se van de vacaciones y los mayores tienen menos visitas… Son personas que viven en un entorno personal muy debilitado, es decir, tienen pocas conexiones o no tienen personas a su alrededor con quien relacionarse y hablar”.
Tal y como señala Quiles, un tercio de las personas mayores que acompañan no viven solas, mientras que dos tercios sí lo hacen. “Esto quiere decir que, aunque hay personas que viven con alguien, pueden también desarrollar un sentimiento de soledad no deseada, porque puede que las relaciones que mantienen no los satisfaga”, explica.
¿Cómo se afronta el verano en soledad?
Para estas personas, ya sea que simplemente vivan solas en entornos aislados o sin conexiones o sufran soledad, todos estos factores se unen para que el verano “sea especialmente difícil” y en lugar de disfrutar de esta época, lo que hacen es sufrirla. Además, “muchas de estas personas no tienen sus casas o pisos adaptados, ni siquiera reúnen las condiciones necesarias para estar cómodos y en bienestar, y junto a las olas de calor, las pocas visitas y la poca interacción social que puedan tener, para ellos se hace muy tedioso pasar el verano, porque en lugar de disfrutarlo, lo sufren”, lamenta Quiles.
"El verano es una estación del año que supone un cambio en las relaciones de las personas. Supone que muchas de la redes sociales con la que nos relacionamos en el día a día se distancien, mientras que muchas mujeres y hombres mayores suelen continuar en sus domicilios, en municipios donde las altas temperaturas hacen que salgamos menos y recibamos menos visitas", explica a su vez Joaquín Pérez Gil-Delgado, referente del Programa Personas Mayores, con discapacidad y cuidadoras de Cruz Roja (@CruzRojaEsp), donde mantienen una intervención continuada durante todo el año, con proyectos como “Red social para personas mayores: Enrédate” o el servicio multicanal gratuito Cruz Roja TE ACOMPAÑA, en el que participan ya más de 50 personas voluntarias que han facilitado información, orientación y acompañamiento para combatir la soledad no deseada a más de 7.000 personas de todas las edades.
La soledad “puede darse tanto en el entorno urbano como el rural”, indica Quiles, "lo que ocurre es que en los entornos rurales puede haber más dificultades para encontrar suficientes personas voluntarias y el acompañamiento suele ser telefónico". Sin embargo, es "en entornos urbanos de ciudades medianas y grandes" donde se detecta este incremento de soledad en épocas como el verano, apuntan desde Cruz Roja.
Joaquín destaca la diferencia que parece haber "entre la situación de soledad que algunas personas mayores experimentaban antes de la pandemia y la que les tocó vivir en tiempos de pandemia". "Se comenta que la crisis sanitaria las enfrentó ante la conciencia sobre la propia muerte y de la muerte en soledad, lo cual les ha hecho reflexionar sobre su vida y ha motivado a que demanden de manera más abierta un acompañamiento. Así, el personal de Cruz Roja ha recibido llamadas de parte de personas mayores que solo buscaban ser escuchadas", explica.
La soledad no deseada, tal y como señala, repercute en el estado de ánimo de la persona y constituye un factor de riesgo para su salud mental, afectando principalmente a su salud emocional y física. Asimismo, afecta a los años de vida que la persona mayor puede vivir con autonomía. "En definitiva, afecta a la calidad de vida en general", indica.
De este modo, para las personas mayores que viven en soledad, sin conexiones ni nadie cercano con quien poder relacionarse en unas fechas pensadas para ello, sin opciones a cambiar esta situación, el verano se afronta “con resignación”, lamenta Quiles.
También "de manera complicada"porque "las redes de apoyo no están cercanas y el sentimiento de soledad no deseada se incrementa", añaden desde Cruz Roja, que se mantienen "más atentos" en estas épocas, ofreciendo contacto y apoyo tanto de manera presencial como con la utilización de las herramientas tecnológicas.
'Un verano para reconectar'
Pero desde la Fundación Amigos de los Mayores no creen que haya que resignarse a vivir el verano en soledad, al contrario. "Lo que queremos desde la fundación es cambiar las cosas, concienciar, por eso hacemos campañas de sensibilización”, explica su director.
De esta forma, su campaña Un verano para reconectar, para la cual necesitan fondos para poder desarrollar todos los programas que quieren poner en marcha en verano, ofrece diferentes propuestas para los mayores, como las Vacaciones Amigas, salidas de unos días que permiten a las personas mayores disfrutar del verano gracias a unas vacaciones fuera de casa. También se organizan durante todo el verano actividades de socialización, salidas culturales y encuentros de proximidad, como meriendas, tertulias, excursiones, etc.
“El verano es una de las peores épocas para algunos mayores que sufren soledad no deseada. Así, el eslogan de la campaña viene vinculado al hecho de que, en general, cuando llega el verano, todos decimos que tenemos muchas ganas de irnos de vacaciones para desconectar. Sin embargo, nosotros decimos que los mayores con esta campaña lo que hacen es reconectar con la vida, con la interacción social y la amistad. Queremos que el verano se disfrute y sea una época del año en que la persona mayor reconecte”, explica.
Reconectar para "volver a pasar esas tardes de verano charlando a la fresca en compañía, volver a vivir esos días de playa que solían pasar con la familia, salir a pasear por la tarde sin importar dónde, sino con quién", señalan desde la recaudación inciada en la que hacen un llamamiento a la ciudadanía para que colabore con donativos, que harán posible la campaña, las Vacaciones Amigas, en las que participan 150 personas mayores y 120 voluntarios, y las actividades de socialización, en las que se espera que participen más de un millar de personas, logrando así que cada vez más personas "vuelvan a vivir la ilusión del verano". El objetivo es superar los 55.000 euros, cifra que cubriría gran parte de los gastos.
Quiles asegura que el interés por este tipo de iniciativas ha ido en aumento con los años, llegando incluso a tener lista de espera. “Significa que están esperando ir a estas vacaciones y a estos encuentros de proximidad y salidas culturales, tienen muchas ganas de salir de sus casas y no estar encerrados”, explica, asegurando que desde hace años reciben de forma progresiva más solicitudes de personas que sufren soledad y quieren estar acompañadas, por lo que también han aumentado, en consecuencia, las plazas que ofertan.
Ante esto, destacan la necesidad de la solidaridad de la gente que les ayuda a obtener los fondos necesarios para realizar estas iniciativas, y también de más personas voluntarias con las que poder acompañar a toda la demanda creciente. Por el momento, la recaudación iniciada ha conseguido un 58% de su objetivo, por lo que "estamos muy agradecidos, pero todavía queda ese 42%, que es importante".
“A mi me han cambiado la vida, porque si no fueran por los ratos felices que me dan o por la oportunidad de irme de vacaciones, no me movería de casa. Estoy segura de que vamos a pasarlo a las mil maravillas.”
— Fundación Amigos de los Mayores (@AmigosMayoresEs) July 9, 2023
Pero no solo se trata de una campaña de recaudación de fondos, es también una campaña de sensibilización, señala, "porque creemos que es muy importante sensibilizar desde todos los puntos de vista, a la opinión pública, a la sociedad, a la administración pública, a las empresas... En definitiva, a todos los componentes de la sociedad, porque si hay mayor conciencia, empezando por nuestras familias, sobre lo que le ocurre durante el verano a una persona mayor, la necesidad de apoyo no crecería tanto como lo está haciendo".
Vacaciones de verano
Del mismo modo, la ONG Grandes Amigos (@GrandesAmigos__) y la plataforma digital Nextdoor (@Nextdoor) se han aliado para, conjuntamente, desarrollar redes de apoyo vecinal para hacer frente a la creciente soledad. Por un lado, la ONG se dedica al acompañamiento afectivo y la socialización de las personas mayores en soledad, mientras que la plataforma digital conecta a personas y organizaciones en los barrios para ayudar en verano a este grupo de edad.
"El programa de las vacaciones de verano lo venimos desarrollando desde hace varios años y está enfocado en paliar la soledad que se da en esta época del año en la que se reduce la red social que muchas personas mayores tienen. Gente que se va de la ciudad, las altas temperaturas… todos esos condicionantes nos pueden llevar a que, por ejemplo, personas lleven 5 o 10 años sin salir de viaje en verano", explica José Ángel Palacios, de Grandes Amigos.
— Grandes Amigos ONG (@GrandesAmigos__) July 7, 2023
Ante esto, organizan pequeños viajes -totalmente costeados por la ONG, "porque no queremos que por cualquier condicionante económico se queden sin ir"-, con los que puedan romper con su rutina en la ciudad, creando grupos de convivencia entre mayores y personas voluntarias. "A veces van los voluntarios que los acompañan a lo largo de todo el año, con los que forjan un vinculo de amistad, y a veces son voluntarios que conocen en esos viajes. Pero intentamos que sea gente que tenga algo en común o que vivan cerca, para que de ahí surjan nuevas amistades, entre mayores y mayores y voluntarios, para que no solo se lleven ese fin de semana, sino nuevos vínculos, que al final es de lo que también se trata", explica.
Es decir, que los participantes "puedan crear redes ellos mismos, que conozcan a otras personas voluntarias, que puedan ir quedando o simplemente se puedan llamar. Por eso fomentamos mucho los encuentros de proximidad", facilitando y potenciando estos canales y redes para que los mayores "puedan tener un contacto social recurrente que les beneficie, les afecte positivamente y les mejore su autoestima, con un entorno que les proporcione bienestar y en el que se encuentren seguros".
Pero siempre atendiendo a la opinión de los mayores, asegura, "porque muchas veces se cae en la tendencia de hacer todo por y para las personas mayores pero sin su opinión, y eso nos parece muy importante para que al final sean actividades significativas que respondan a una inquietud y un anhelo".
Dentro de esta iniciativa han lanzado una recaudación de fondos para que la gente que quiera pueda colaborar para que 130 personas mayores, junto con otras 130 personas voluntarias, puedan disfrutar de excursiones y minivacaciones con las que poder vivir "experiencias saludables y significativas mediante la convivencia con otros mayores y voluntarios en hoteles accesibles rodeados de naturaleza". Estas donaciones permitirán costear el transporte adaptado, el alojamiento en un hotel accesible, las comidas y cenas, actividades de ocio, seguros, dinamización y logística, entre otras partidas.
"Mas allá de sentirse acompañados, estas vacaciones también les permiten olvidarse de sus problemas y sentirse mucho mejor", señala José Ángel, quien destaca el ejemplo de una mujer que participó en el último viaje realizado a Navacerrada, que había dejado de tomar las pastillas que tiene para los dolores crónicos porque aseguraba que se sintió tan bien que no se acordó.
Los barrios, "el mejor antídoto contra la soledad"
Las familias, los vecinos y los barrios, en especial, son "el mejor antídoto contra la soledad no deseada", señala el director de la Fundación Amigos de los Mayores. Así lo reflejan a su vez en la colaboración entre Grandes Amigos y Nextdoor, donde trabajan "para personas que tienen una sensibilidad especial hacia lo vecinal y comunitario".
"Algo que nació en la pandemia, el ayudar a los vecinos, se fue perdiendo a medida que fuimos recuperando la normalidad, y la realidad es que las personas mayores han vuelto al punto en el que estaban antes de la pandemia, a veces incluso peor", explica Quiles.
Es por ello por lo que apelan a la solidaridad vecinal, "ya no solo para hacer donaciones, sino en el día a día, para que, de alguna manera, interioricemos ese espíritu vecinal, también con la mirada puesta en el futuro". Y es que, para José Ángel, esta va a ser "la solución a lo que es una realidad y podrá ser una realidad cada vez más grave. Lo que la gente no se da cuenta es que vamos hacia un mundo cada vez más envejecido y solitario. Si uno ve cómo es el mundo actual y cómo lo será en el futuro, creo que lo más sensato sería volver a tejer esas relaciones vecinales de toda la vida".
"La solución a la creciente soledad, en verano y durante todo el año, está en los barrios: vamos a vivir más años pero más solos, en ciudades impersonales que se estiran alargando distancias y tiempos de desplazamiento, teniendo que invertir casi dos horas para quedar con el familiar que vive más cerca, con una red de apoyos menguante debido a la evolución de los modelos de familia, la baja natalidad, estilos de vida individualistas y frenéticos o la movilidad geográfica", coincidía Mercedes Villegas, directora de la ONG. "Está claro que, si queremos evitar la soledad y contar siempre con alguien de confianza cerca, debemos recuperar las relaciones vecinales de toda la vida", y para ello "hay que aprovechar el potencial de la tecnología, no para sustituir esas relaciones de carne y hueso, sino para facilitarlas tal como hace Nextdoor, conectando a personas de un mismo barrio".
De esta forma, apuestan por "socializar como un hábito saludable más, que esa red social se vaya regenerando también. Por eso creo que es tan importante que todos tengamos esa mirada sensible hacia la soledad y la vecindad".
Así coinciden desde Nextdoor, una plataforma que facilita la conexión entre los vecinos de toda España de forma online y a través de la cual, muchos voluntarios han conocido la ONG, dando de esta forma visibilidad y animando a su comunidad a colaborar como voluntarios en esta iniciativa, promocionando esa solidaridad vecinal.
“El poder del barrio se ve reforzado cuando sus vecinos proporcionan ayuda antes de pedírsela", señala Katherine Villegas, City Manager de Nextdoor, que destaca que "para entrar en cualquier plataforma, también en una como esta, tienes que tener una motivación, y las personas que están en Nextdoor quieren ayudar. Nosotros lo que hacemos es amplificar su voz y ayudarles a encontrar voluntarios".
Así, y tras comprobar que el sentimiento de soledad es muy fuerte también en verano sobre todo en mayores, surge la campaña impulsada por Nextdoor, Verano en el Barrio, con la que se anima a los usuarios de la plataforma y a la población en general a interesarse por los vecinos, en especial los más mayores, para saber cómo están, si necesitan algo, invitarles a tomar algo o dar un paseo por el vecindario.
Tras el lanzamiento de la primera edición de esta iniciativa el año pasado, Nextdoor realizó una encuesta a sus usuarios, en la que el 86% dijo que invitaría a un vecino a un café si sabe que se siente solo.
Pero no solo conecta a los vecinos con otros vecinos, también a todos los actores del barrio (negocios, organizaciones, servicios, etc.), permitiendo encontrar información sobre lo que está sucediendo en el barrio desde un enfoque muy local. "Desde que entramos a España hace casi 5 años, nos hemos dado cuenta de que, a pesar de aquí las personas nos conocemos, nos saludamos con el vecino, las conexiones que creas con ellos no son tan fuertes. Nextdoor lo que busca es eso, paliar el sentimiento de soledad por medio de conexiones entre la red más cercana que tenemos, que al final son los vecinos", para lo cual, lanzan propuestas e iniciativas durante todo el año.
El objetivo último de esta plataforma es que esas conexiones que se construyen gracias a la tecnología "pasen a la vida real, se conviertan en realidad entre las personas que viven cerca, los vecinos", creando así "una comunidad más fuerte, más cercana, con barrios más fuertes en los que todos tengamos a alguien en quien confiar", explica Katherine.
La principal dificultad, sin embargo, a la hora de conectar a personas y crear estas redes, explica Katherine, es "la confianza, sobre todo en mayores". "Probablemente tenemos mucha más gente que quiere ayudar que la gente que acepta ser ayudada, un poco por este miedo, por esta desconfianza", indica, razón por la que siempre intentan unir vecinos, gente que no resulte ser un extraño y que puedan ver más a menudo.
Otra de las dificultades es "la brecha digital que existe". "Se suele pensar que la tecnología aísla y eso es verdad hasta cierto punto, pero nosotros lo que buscamos es que la tecnología una a las personas mayores", señala Katherine, quien asegura que el papel del barrio para paliar la soledad de los mayores es esencial. "El barrio puede ayudar muchísimo. Es al final nuestra red más cercana, es literalmente las personas que tenemos a nuestro alrededor".
La "ilusión y alegría" de salir de casa en verano
El verano que proponen desde la Fundación Amigos de los Mayores y Grandes Amigos es un verano "lleno de actividades para que los mayores puedan salir". En el caso de la Fundación Amigos de los Mayores, "empezamos el verano con unas meriendas, que se hicieron en el mes de junio, hemos seguido este mes de julio con las Vacaciones Amigas, y seguiremos con los encuentros de proximidad y las salidas culturales durante el mes de agosto y septiembre", explican.
Son actividades que "les llena de ilusión y alegría", siendo "la única ocasión en que salen de casa en verano", por lo que lo esperan "con muchas ganas". "Por eso esperamos poder dar respuesta a toda la demanda y responder a la necesidad que nos comentan que tienen de poder salir de sus casas, de hablar e interactuar socialmente, que es una necesidad vital", añade Quiles.
María Luisa, de 79 años y sin familia, es un ejemplo de quienes desean participar en este tipo de iniciativas, y es que María Luisa desea ir a las vacaciones de Grandes Amigos "para conocer gente, pasarlo bien y divertirme, porque yo aquí estoy sola. No tengo a nadie". "A mí me encantaba viajar, pero ahora no puedo por problemas de salud y movilidad, así que me hace mucha ilusión pasar un fin de semana con más gente en la sierra. Espero hacer grandes amigos para vernos todas las veces que podamos y pasarlo bien”, contaban desde la ONG Grandes Amigos.
Otro claro ejemplo es el de Victorina, de 90 años. "Es un caso extremo de soledad, porque no tiene absolutamente a nadie, pero está perfectamente y tenía muchísima ilusión de este viaje", explica Amalia, una voluntaria de la ONG a quien conoció en estas vacaciones.
"Todos hemos perdido mucho con la pandemia, pero unos más que otros. Yo, en mi soledad, he cumplido 90 años. Y si ahora a mi edad me surge algo como lo de Grandes Amigos, cuando ya no tengo esperanza, me hace sentirme muy agradecida, porque me han hecho vivir. No es que lo pasara bien, es que me han hecho vivir", cuenta Victorina, que asegura que después de este viaje se encuentra "con más ánimo, con más ganas de vivir y más ganas de luchar".
Viaje realizado por Grandes Amigos a Navacerrada
"Solo con una solidaridad intergeneracional, social y con una concienciación mayor, habrá más opciones para los mayores. Desgraciadamente, nosotros pensábamos que a raíz de la pandemia ciertas cosas cambiarían, pero parece ser que no tanto", indica Quiles.
En este sentido, desde Cruz Roja destacan que las relaciones sociales funcionan como "amortiguadores del estrés" entre la persona y las dificultades a las que se enfrenta en su día a día, por lo que "combatir la epidemia silenciosa de la soledad no deseada pasa por fortalecer nuestras relaciones sociales".
"No hay duda de que todas las personas podemos hacer algo para combatir la soledad no deseada y que cada vez es más importante que contribuyamos a fortalecer las relaciones sociales, así como que la sociedad y el entorno también actúen y participen de la solución, promoviendo la creación de espacios y redes comunitarias para reducir el aislamiento social de las personas y generar comunidades cada vez más inclusivas y resilientes", sostiene Joaquín.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.