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La Comunidad de Madrid ha elaborado el catálogo virtual Vacaciones del Siglo XX. 75 veranos en 135 imágenes (1914-1989), una mirada nostálgica que rinde homenaje al periodo estival en el siglo pasado, a través de las fotografías que se conservan en el Archivo Regional pertenecientes a los fondos Martín Santos Yubero y Cristóbal Portillo y la colección Madrileños, y que pueden verse y descargarse en el Portal de Archivos de la Comunidad de Madrid, según ha informado el Gobierno regional en un comunicado.
El catálogo se ha estructurado en siete apartados relacionados con títulos de distintas canciones que fueron la melodía del verano y que hacen referencia al contenido de cada uno de ellos.
Así, el primero se ha denominado Viaje con nosotros y en él se puede observar el ir y venir en los andenes por los que discurren cientos de personas que inician o terminan sus vacaciones estivales. Es el caso de una imagen de 1944 en la que vemos la despedida desde el vagón del tren de unos escolares, o el de otra de 1952 de los clásicos mochileros dispuestos a iniciar su viaje.
El segundo bloque, Voy en un coche, acerca al medio de transporte más utilizado en las vacaciones desde que, a mediados de los años 50, empezó a formar parte de la vida de las familias españolas. Buena prueba de ello son el retrato de una mujer y los niños en su vehículo, antes de salir de viaje, en 1965, o el de una parada realizada durante el trayecto de una familia camino al Levante, en 1968.
En la tercera sección, titulada Vamos a la playa, las imágenes seleccionadas ilustran a bañistas practicando deportes de agua y a madres con sus hijos jugando con la arena de la playa en 1947, y a veraneantes disfrutando de un paseo en barco por la costa, como el que la familia del propio fotógrafo Martín Santos Yubero realizó en 1952.
Bajo el título Camino Soria, esta exposición virtual acerca al otro gran destino tradicional de las vacaciones patrias, los pueblos. Muchos madrileños de adopción volvían a su lugar de origen, en cualquier destino de la geografía española, para reunirse con sus familiares. Allí, los más jóvenes, criados en la gran ciudad, tenían la oportunidad de estar en contacto con los animales, como vemos en una instantánea de unos niños subidos a lomos de una vaca, en 1945, o en otra de unos chavales que cruzan un río sobre un burro, en 1935.
El ocio sin moverse de casa
Por otro lado, el apartado Aquí no hay playa nos acerca a las posibilidades que ofrecía una ciudad como Madrid a quien no podía irse de vacaciones o a quien ya las había disfrutado.
El ocio y la cultura cambiaban su ritmo, como se aprecia en una imagen del Cine Coliseum en la que aparece el letrero con el que se despedía de sus clientes hasta septiembre de 1971.
También las piscinas, con sus baños multitudinarios en el Parque Sindical en 1959. O los juegos infantiles con agua que, en algunos casos, contaban con la inestimable complicidad de un jardinero.
A continuación, se encuentra Voy a pasármelo bien, que recoge cómo disfrutaban de este tiempo los jóvenes, como muestra Martín Santos Yubero, por ejemplo, en una instantánea de 1945 en la que una joven pareja practica esquí acuático. También e s el momento de los campamentos, como el de un grupo de jóvenes en 1944, de fiestas locales, de reuniones con los amigos o de acudir a conciertos, como el de Los Bravos, en 1968, en la Plaza de Toros de Madrid.
Cierra la exposición virtual un apartado dedicado a una figura veraniega característica de la segunda mitad del siglo XX, que fue inmortalizada por Billy Wilder en La tentación vive arriba.