El próximo 24 de julio se celebra la segunda Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, y como es habitual el Papa Francisco ha vuelto a lanzar un mensaje sobre esta etapa de la vida: "Para la vejez hay muchos planes de asistencia, pero pocos proyectos de existencia", asegura el pontífice en un vídeo donde pide a toda la comunidad cristiana que se una a sus plegarias a través de la Red Mundial de Oración.
El Papa ha pedido que durante todo el mes de julio se rece “por los mayores que representan las raíces y la memoria de un pueblo, para que su experiencia y sabiduría ayude a los más jóvenes a mirar hacia el futuro con esperanza y responsabilidad”.
“Nunca hemos sido tan numerosos en la historia de la humanidad, pero no sabemos bien cómo vivir esta nueva etapa de la vida”, aseguraba el Papa. Actualmente en los países desarrollados, el 25% de los mayores vive solo.
“Las personas mayores tenemos a menudo una sensibilidad especial para el cuidado, la reflexión y el afecto. Somos, o podemos llegar a ser, maestros de la ternura,” dice el Papa. “Necesitamos, en este mundo acostumbrado a la guerra, ¡una verdadera revolución de la ternura! En eso tenemos una gran responsabilidad hacia las nuevas generaciones", asegura.
En el vídeo también ha participado el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y la Fondazione Alberto Sordi. Card. Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio ha asegurado que "el Santo Padre nos invita a tomar conciencia de la relevancia de los mayores en la vida de las sociedades y de nuestras comunidades, y a hacerlo no de forma esporádica, sino estructural, con una pastoral ordinaria. Es decir, no se trata de perseguir una emergencia, sino de sentar las bases de una pastoral a largo plazo, que nos implicará durante décadas. Además de reafirmar la importancia de contrarrestar la cultura del descarte, el Papa también parece querer ofrecer puntos de referencia a quienes experimentan el desconcierto de descubrirse adelantados en años. Por eso ha querido establecer una Jornada Mundial que se celebre cada año y que marque el tiempo litúrgico: para decir que la Iglesia está cerca de los mayores”.
Por su parte, Ciro Intino, Director de la Fondazione Alberto Sordi, hizo hincapié en que “nuestra sociedad está cada vez más envejecida, pero tiende a excluir y aislar a los ancianos, socavando su identidad y su papel social, sobre todo en las relaciones con las generaciones más jóvenes. Lamentablemente, faltan respuestas adecuadas a las necesidades asistenciales y existenciales de las personas mayores. Queda mucho camino por recorrer en materia de políticas sociales y sociomédicas dirigidas a las personas mayores, destinadas a limitar la condición de aislamiento a la que se ven abocadas demasiadas personas mayores en la actualidad. Las personas mayores son portadoras de sabiduría, conocimiento, cultura: valores inalienables que, a través del diálogo intergeneracional, contribuyen a garantizar el futuro de nuestra sociedad y de las comunidades a las que pertenecen. Para que esta dinámica virtuosa se haga realidad, deben activarse las sinergias entre las redes familiares, los amigos, los cuidadores y las estructuras sociales públicas, privadas y particulares. La Fondazione Alberto Sordi promueve estos caminos de la red: ofreciendo así razones para la esperanza”.
Por último, P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó a propósito de esta intención: “Recordemos nuestros abuelos o personas ancianas que nos han compartido, a partir de su propia experiencia de vida y de fe, su sabiduría y su esperanza. En los Evangelios, los ancianos Simeón y Ana, reconocen en el bebé que María y José presentan en el Templo, la esperanza de todo un pueblo. Son capaces de ver y escuchar lo que la gran mayoría, corriendo tras sus ocupaciones, no percibe. Como nos lo ha recordado Francisco en las catequesis sobre la vejez de estos tres últimos meses, la alianza entre las generaciones, entre los ancianos y los jóvenes, es una bendición para la sociedad. Recemos este mes por esta intención de oración del Papa”.