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Se llama Magdalena Ariño, tiene 90 años pero todos la conocen como 'la Rosalía de Ballesol'. Tras triunfar el pasado mes de abril, en pleno confinamiento, con una parodia de la cantante catalana en la que recordaba la importancia de protegerse del coronavirus, ahora vuelve con un nuevo vídeo en el que alerta de los errores que estamos cometiendo en la lucha contra el Covid, lo que está provocando que los contagios se hayan disparado de nuevo y ya estamos inmersos en una segunda ola.
En esta ocasión, Magdalena versiona la canción Malamente de la flamenca pop más famosa del planeta, junto a compañeras y trabajadoras de la residencia de mayores Ballesol Altorreal, en Murcia. 'La Rosalía de Ballesol' echa un ‘rapapolvo’ a la sociedad que, según ella, lo está haciendo "malamente". "Lo que habíamos avanzao' / Yo sabía que se rompía / To' lo que está pasando / Algo de eso ya se oía / Se están celebrando / Muchas fiestas en la calles / Se encienden los neones / El botellón ya os vale...", dice en la canción.
Por ello, y sin perder en ningún momento el ritmo, sigue recordando a todos que hay que ser precavidos y no olvidar la prevención, además de destacar la importancia de usar la mascarilla y el gel hidroalcohólico siempre que se salga a la calle: "Ponte la mascarilla / to' el rato 'andivé' / Pa salir pa la calle en la manita el gel hidroalcohólico que no falte / Me proteja y me salve / Desinfecte y me guarde / Y por delante / No voy a perder un minuto en volver a avisarte... Malamente".
En su primer tema, Magdalena versionaba el Yo por ti, tú por mí de Rosalía. La letra fue adaptada para enviar un mensaje positivo que recuerda lo importante que es protegerse del coronavirus para evitar nuevos contagios que se cobren vidas.
Cuando era más joven, Magdalena fue peluquera desde que dejó de estudiar a los 15 años. Sin embargo, tiempo más tarde volvió a los estudios y consiguió su título en Alta Costura. Estuvo trabajando en el mejor taller de costura de Murcia, según relata ella misma, hasta que llegó la hora de jubilarse. Ahora pasa los días en la mencionada residencia, donde da muestras a diario de su sentido del humor y su vena artística.