La vitamina K puede ayudar a reducir las consecuencias de la demencia

Con la edad aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades y dolores, tanto a nivel físico como neuronal. Uno de las patologías más comunes entre los mayores es la demencia, que altera nuestra capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones, y que interfiere en el día a día de la persona.

Aunque todavía no existe una cura para esta enfermedad, la comunidad científica no para de investigar y de desarrollar medicamentos y tratamientos que puedan aliviar o incluso retratar sus síntomas.

Uno de los últimos estudios sobre este tema, se ha llevado a cabo en la Universidad AlMaarefa de Arabia Saudí, donde se pone de manifiesto que la vitamina K puede ayudar a proteger a las personas del deterioro cognitivo que termina en demencia.

El estudio se presentó en la reunión de Biología Experimental en abril, donde los autores del estudio aseguraron que "la vitamina K2 ha mostrado un impacto muy prometedor en la prevención de los cambios conductuales, funcionales, bioquímicos e histopatológicos relacionados con el envejecimiento del cerebro senil".

El profesor Mohamed El-Sherbiny, autor principal del estudio, ha explicado a Medical News Today que mientras el “proceso de envejecimiento está asociado al deterioro de las funciones cerebrales, la vitamina K es una vitamina natural liposoluble que protege al cerebro del desarrollo del alzhéimer".  

Este descubrimiento abre la puerta al desarrollo de nuevas terapias con vitamina K para "atenuar los trastornos relacionados con la edad y preservar las funciones cognitivas en las personas mayores".

Menor deterioro cognitivo

Para llegar a esta conclusión, los expertos realizaron un experimento en ratones. Un primer grupo de roedores recibió menaquinona-7, un suplemento de vitamina K2, mientras que el segundo grupo no lo recibió. 

Los científicos sometieron a los roedores durante 17 meses a pruebas de funcionamiento cognitivo como un laberinto, una prueba de natación y una prueba de sociabilidad. 

Los resultados demostraron que el primer grupo de ratones tenían niveles más bajos de deterioro cognitivo, depresión y ansiedad. Además, observaron que gracias a esta vitamina su memoria espacial y capacidad de aprendizaje mejoró.

De momento el estudio no se ha probado en humanos, pero los investigadores se han mostrado muy optimistas, y aseguran que pronto lo probarán en personas. 

Por último, El-Sherbiny ha explicado que estos niveles de vitamina K deberían controlarse en las personas mayores con riesgo de desarrollar demencia, alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas.

Fuentes de vitamina K

La vitamina K, que incluye la vitamina K1 y K2, se puede obtener muy fácilmente. Verduras como la espinaca, col rizada, brócoli y lechuga o frutas como los arándanos azules y los higos son ricos este nutriente. 

También está presente en la carne, queso, huevos y granos de soja. Y también se pueden tomar suplementos en caso de que no se puedan consumir los alimentos mencionados.