En pocos días volverán los alumnos a las aulas y, por lo que se conoce hasta ahora, en las comunidades con mayor incidencia de la pandemia apostarán por la semipresencialidad para ciertos cursos. Sin embargo, ni las autonomías ni el Gobierno Central han puesto sobre la mesa aún una propuesta clara y sólida para la conciliación en caso de que los niños deban pasar parte de su tiempo en casa -por razones epidemiológicas o de diseño de este año académico- y los principales perjudicados van ser los abuelos, según denuncian asociaciones de mayores.
Era algo que temían sanitarios y epidemiólogos cuando avisaban de una posible segunda ola en septiembre. Y es que, en los últimos meses, el perfil del contagiado ha respondido al de una persona de unos 40 años, pero esta edad podría aumentar si no se toman las medidas adecuadas respecto a la vuelta al cole.
"Los mayores suelen mantener un pseudo-confinamiento, llevan mascarillas y evitan las reuniones manteniendo la distancia social. Por ello, se contagian menos. Pero la tendencia actual puede cambiar si los hijos dejan a los nietos con ellos tras la vuelta al colegio", argumenta el médico delegado en SUMMA 112 del sindicato médico AMYTS (@amytsmedicos), Óscar Rodríguez. Una opinión, que comparte el investigador Salvador Macip: "Cuantos más casos haya, más difícil es evitar el contagio. La reapertura de los colegios puede ser un punto problemático".
"Los abuelos siempre vamos a estar al pie del cañón"
"Al final, la vida de los abuelos está en manos de la ministra Isabel Celaá. Y estamos viendo muchas incongruencias. Primero, abrían en septiembre. Luego, no sabían. Ahora, parece que presencial, pero no. El Ministerio de Educación se inhibe y deja todo en manos de las comunidades y éstas piden que les echen una mano. Y, detrás de todo esto, estamos los abuelos", denuncia el presidente de la Asociación de Abuelos y Abuelas de España, Francisco Muñoz.
A pesar de esto, Muñoz sostiene que van a estar "al pie del cañón" como colectivo. "Siempre echaremos una mano a nuestros hijos y nietos. Estamos dispuestos a que nos contagien, aunque a nosotros, probablemente, el virus nos puede mandar al otro barrio", asegura.
Por ello, el presidente de esta asociación pide al Gobierno que tomen medidas ya, para que esto no suceda. "Creo que tendría que haber un comité de expertos o algo así. ¿Quién va a ser el que decida cuándo enfermamos los abuelos? Ahora mismo, los padres están hablando con nosotros y nos dicen: 'Oye, dentro de unos días tengo que trabajar'. No van a renunciar al empleo para quedarse con los niños. Están acudiendo a nosotros", denuncia.
"La incertidumbre hace que la obligación recaiga en nosotros"
Este diario ha conversado con otros abuelos y, efectivamente, parece que muchos deberán, no sin cierto temor, hacerse cargo de sus nietos a la vuelta de las vacaciones, aunque de esa manera se expongan más al virus.
"Durante los meses de confinamiento estuvimos sin ver a mis nietos porque, al ser mayores, era un factor de riesgo. Ahora, la cosa ha cambiado y vamos a vernos en la obligación de tener que atenderles. Al menos, si no se adaptan los colegios, porque mis hijos en septiembre se incorporan presencialmente", reconoce José Manuel, un abuelo que reside en la Comunidad de Madrid y tiene dos nietos.
"Es lo que tiene este país, a los que trabajan no se les da ninguna facilidad. Es verdad que la economía no se puede permitir el lujo de que la gente no trabaje, pero esto supone un problema serio. Al final, la incertidumbre hace que la obligación recaiga en nosotros", critica.
Además, José Manuel explica que el problema no sólo reside en tener que hacerse cargo de sus nietos los días que deban quedarse en casa, sino que, en su caso, deberán también "traer y llevar a los niños al cole". "Tenemos que darles de comer. Así que haremos cuatro viajes para que no se queden allí, tan expuestos", asegura.
Con todo, este abuelo tratará de tomar las máximas medidas de precaución para evitar un posible contagio. "Si los profesores tienen miedo, imaginad el que tenemos las familias. Cada vez hay más contagios y ahora se pueden duplicar", comenta.
"Los padres de mis nietos son sanitarios y sus trabajos no son compatibles con la conciliación. Desde hace unos años soy responsable si necesitan atención", cuenta a este periódico Pepa, otra abuela.
Al igual que Juan Manuel, debe hacerse cargo de ellos, si bien, en su caso, cuenta también con la ayuda de los padres de la pareja de su hija. "Al principio de la pandemia no nos dejaban estar con ellos, pero la cosa ha ido evolucionando. La situación se ha normalizado, por necesidad. Los empecé a ver en mayo, cuando ya había pasado el contagio de sus padres (los niños nunca tuvieron anticuerpos). Ese mes, me hice responsable de ellos y, en junio, los compartí con los otros abuelos", relata.
Pese a todo, a esta mujer no le da tanto miedo enfermar a raíz de un posible contagio, sino que le preocupa más que se vuelva a una situación como la de marzo. "Lo que más temo es ser una persona más afectada para los centros sanitarios", comenta Pepa.
Un problema de fondo
"En este país, la conciliación se puede hacer gracias a los abuelos. Si queremos que los dos padres trabajen, nos dejan los hijos a nosotros", opina por su parte la presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas (@MayoresUDP), Paca Tricio.
Asimismo, Tricio critica que esta situación lleva sucediendo años, sin que se tomen medidas efectivas. "Cuando nos quejamos del trato que nos dan es porque nos utilizan en los momentos en los que no pueden más: con la conciliación, en las crisis... Entonces, somos estupendos, pero dura lo que dura. A fin de cuentas, si los abuelos quieren estar con los nietos, perfecto, pero cuando es obligatorio, es algo que te parte la vida", denuncia.
"Además, en esta situación de pandemia, estos contactos lo que van a hacer es agravar la posibilidad de contagio de los mayores, pero tendrán que tirar de nosotros. Ojalá hubiese una fórmula mágica, pero si los hijos tienen que trabajar porque si no, se pueden ir a la calle, nos toca apechugar. Al final, si a alguien queremos los abuelos es a nuestros nietos", concluye.
El Ministerio de Educación trabaja con un acuerdo de junio
Por su parte, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) insistió este lunes 24 de agosto en que el acuerdo para la vuelta al cole suscrito el pasado mes de junio con las comunidades autónomas, a excepción de Madrid y País Vasco, sigue vigente. Ello implica que el curso comenzará "en las fechas habituales del mes de septiembre y con la presencialidad como principio general", según han señalado fuentes de este departamento.
En este sentido, el MEFP señala que no está valorando ninguna modificación del calendario escolar que, en función de cada autonomía empieza entre el 4 y el 15 de septiembre, al tiempo que recalca que fijar la fecha concreta es competencia autonómica.
"Las CC.AA., que tienen plenas competencias de gestión educativa, están trabajando en protocolos para la vuelta a la actividad presencial desde junio siguiendo las recomendaciones elaboradas por los Ministerios de Sanidad y Educación", recalca.
Este jueves se reunirán las CC.AA. con este Ministerio para decidir cómo será el vuelta al cole. De momento, desde Educación han dado a entender que los padres con hijos en cuarentena podrán acogerse a un permiso retribuido similar al se aplicó durante el Estado de Alarma.