En los últimos días, varios hospitales de la Comunidad Valenciana y de Cataluña han impuesto de nuevo temporalmente el uso obligatorio de la mascarilla en ciertos espacios como las urgencias, las zonas oncológicas, las UCI y, en algún caso, también para los visitantes.
Además, han recomendado encarecidamente su utilización en las consultas, justificando que lo hacen debido al aumento de infecciones de Covid y al incremento de contagios entre el personal y los pacientes.
Detecciones de Covid, Gripe y VRS en Atención Primaria en España hasta el día 20 de agosto. Fuente: Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda.
Cabe recordar que en el último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda –con datos hasta el 20 de agosto– se habla de un mantenimiento "de la incidencia de Covid-19 en la comunidad, con fluctuaciones al alza en las tasas hospitalización". "La tasa en Atención Primaria es de 76,8 casos por 100.000 habitantes", indica el documento, que resalta que las detecciones han ido en aumento desde finales de junio, cuando había una incidencia de 30 casos. En paralelo, se aprecia un aumento de los ingresos de mayores de 79 años por Covid confirmado.
En cuanto al conjunto de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) –no sólo Covid– registradas en Atención Primaria, destaca para mal Cantabria, con una tasa de 526 por cada 100.000 habitantes, y la Comunidad Valenciana, con489. Por contra, Madrid (41), Extremadura (115) y Andalucía (120) son las que menos incidencia tienen. En todo el país, la tasa estaba en 247.
Respecto a las infecciones de este tipo registradas en hospitales, Castilla-La Mancha (15 sobre 100.000) y Comunidad Valenciana (14) tienen las incidencias más elevadas y, Ceuta (2), Murcia (3) y Cataluña (4), las más bajas. A nivel nacional, la tasa se sitúa en 8 por cada 100.000. Cabe matizar que actualmente los casos de gripe y de bronquiolitis causados por el Virus Respiratorio Sincitial se encuentran en mínimos.
Últimos datos sobre hospitalizaciones con Covid en España hasta el día 20 de agosto. Fuente: Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda..
La opinión de los expertos
65YMÁS ha consultado a varios expertos para conocer su opinión sobre la eficacia y la idoneidad de la vuelta al uso obligatorio de mascarillas en estos hospitales.
Desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (@SEMES_), uno de los servicios de salud afectados por la medida, comparten que se haya adoptado esta restricción.
En este sentido, el miembro de la Junta directiva de SEMES, Jose Manuel Fandiño, entiende que va en consonancia con la recomendación hecha por parte del Ministerio de Sanidad de "proteger a la población vulnerable".
En concreto, la Orden SND/726/2023, aprobada a principios de julio, por la cual se ponía fin a la emergencia sanitaria y al uso obligatorio de cubrebocas, aseguraba que "una de las lecciones aprendidas con la pandemia es que la ciudadanía es responsable y juega un papel fundamental en la reducción de la transmisión de las infecciones respiratorias".
"Los centros sanitarios son ámbitos de especial vulnerabilidad en los que la pandemia ha mostrado la necesidad de reforzar el uso de mascarilla en determinados contextos y situaciones, en particular, por las personas sintomáticas cuando estén en espacios compartidos,por los y las profesionales que atienden a casos sintomáticos, por las personas que trabajan en unidades de Cuidados Intensivos y en Unidades con pacientes vulnerables siguiendo las recomendaciones de control de infección aconsejadas por los Servicios de Medicina Preventiva y Prevención de Riesgos Laborales según la valoración del riesgo de cada centro sanitario y en las Urgencias hospitalarias o de atención primaria, incluida la sala de espera", añadía el texto.
Además, la orden también hacía alusión a las residencias de mayores. "Aunque no se recomiende el uso universal, se considera necesario tomar precauciones adicionales en caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, para evitar brotes, cuidando en todo caso el bienestar de los mayores tanto a nivel físico como emocional", indicaba la orden.
“La norma ya nos decía que teníamos que reforzar el uso de la mascarilla”, justifica Fandiño. “No puede ser que seamos unos expansores del Covid”, argumenta.
No obstante, no todos los sanitarios comparten este punto de vista ni la decisión adoptada por parte de estos centros sanitarios. El Jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Virgen de Arrixaca, Manuel Muro (@manuelmuro5), cree que la medida es desproporcionada.
Es más, argumenta, "no tiene sentido", puesto que los pacientes no se contagian forzosamente en el centro hospitalario. "Ni es eficaz ni es proporcional. Los sanitarios sabemos en qué unidades y con qué pacientes debemos usarla, desde siempre", señala.
Tasa estimada de Covid hasta el día 20 de agosto en Atención Primaria. Fuente: Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda..
Coincide con Muro el inmunólogo del Hospital Clínico de Santiago, José Gómez Rial (@gomez_rial5), quien opina que este tipo de políticas adoptadas por ciertos centros sanitarios son más "cosméticas" que efectivas.
"No tiene sentido ninguno. Se ha demostrado que imponer la obligatoriedad no tiene efecto ninguno sobre la transmisión. En esta fase de la pandemia, muy lejos ya de la alarma sanitaria, y con un altísimo nivel de inmunización, las medidas que se tomen deben ir encaminadas a la protección específica de ciertos sectores de la población, ni siquiera ya todos los grupos vulnerables, dado que la alta efectividad de las vacunas mantiene a la gran mayoría lejos del hospital y les protege frente a la enfermedad grave", justifica.
"Hace tiempo ya que las tasas de infección y/o positividad de los test, no deben guiar ninguna medida, y debe ser la carga de enfermedad propiamente dicha (hospitalización e ingreso en UCI) las que nos indiquen las medidas a tomar. Las hospitalizaciones actualmente se están produciendo en un grupo muy concreto de población extremadamente vulnerable que corresponde a los pacientes que no han sido capaces de acumular inmunidad debido al alto deterioro de su función inmunitaria, bien sea por acúmulo de comorbilidades graves, por un tratamiento inmunosupresor (trasplante, etc.) o incluso porque no hayan recibido las vacunas que le corresponden (el refuerzo bivalente en mayores de 65 años en algunas comunidades se estancó)", añade.
Por ello, Gómez Rial opina que los esfuerzos de los sanitarios deberían ir encaminados a "identificar bien a estos pacientes que no han sido capaces de construir inmunidad a pesar de las múltiples dosis recibidas e infecciones previas, para poder identificar a las personas en alto riesgo y actuar sobre ellas con medidas de protección individual –enseñar a usar mascarilla FFP2/3 como medida de protección individual y cómo evitar situaciones de alto riesgo–".
"Imponer de forma general a estas alturas la mascarilla como medida de protección colectiva, cuando ha demostrado su baja efectividad y se ha perdido completamente la confianza en ella y en las autoridades sanitarias en general, no hace más que ahondar en ese problema", valora.
El catedrático de inmunología de la Universidad de Valencia, Rafael Toledo (@alfwarrior), asegura por su parte que estas restricciones deberían adoptarse siguiendo los mismos criterios de antes de la pandemia.
“La medida puede aportar algo, pero no va a ser decisiva para controlar la transmisión", señala. Por esta razón, Toledo entiende que la mascarilla debería utilizarse de forma individualizada –es un equipo de protección personal–, es decir, que se tendría que aplicar para ciertos perfiles muy concretos, como sucedía antes de la crisis sanitaria.
“En cualquier caso, hay que tener en cuenta el aspecto negativo, que es crear una sensación de inseguridad en la gente, que no genera nada positivo, porque nos retrotrae a 2020, sin embargo, estamos en una situación diferente, es decir, están subiendo los casos, pero son asintomáticos y hay poca carga asistencial", contextualiza.
Por ello, Toledo no cree que vaya a ser necesario "volver a la mascarilla” en un futuro próximo, ni actualmente, ni siquiera este invierno. “El pico de este verano era previsible. Es lo que observamos en los últimos años, en este momento y en Navidad”, apostilla.
Por su parte, el virólogo de la Universidad CEU San Pablo, Estalislao Nistal, sostiene que la obligatoriedad pueda llegar a ser eficaz y está justificada.
"El sistema de vigilancia de virus respiratorios en España indica que está habiendo un repunte de casos de infección por SARS-CoV2. Además, un incremento de hospitalizaciones en personas mayores de 79 años indica que esa mayor incidencia está afectando al segmento de la población que es más susceptible al Covid. Los hospitales son lugares donde pueden coincidir personas más vulnerables a esta enfermedad con un mayor número de infectados que acudan a recibir atención. Medidas como la recomendación del uso de mascarillas en estos espacios, en momentos en los que la incidencia aumente, pueden ayudar a prevenir infecciones", sostiene, aunque reconoce que también se producen contagios fuera de estos espacios, por lo que recomienda también el uso de la mascarilla "frente a una sospecha de infección por el virus" o "ante el temor de una persona vulnerable a infectarse".
"Podemos asociar su utilización a una medida higiénica que, bien utilizada, ayuda a reducir la trasmisión. En el pasado, con un grado bajo de inmunización y sin vacunación, era una de las herramientas que teníamos frente al virus. Hoy su uso generalizado tiene menos sentido, pero en lugares donde pueden coincidir personas infectadas con vulnerables puede ayudar", sostiene.
Es más, el científico entiende que se recomiende también de cara a este invierno, "en el caso de que la incidencia de virus respiratorios en general incremente la presión en centros de salud y hospitales" o en residencias, porque "son lugares con alta concentración de personas vulnerables al Covid". "En caso de un aumento de la incidencia y específicamente en residencias, se debería poder tomar decisiones de este tipo", opina.
Finalmente, la inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles (@CanellesMatilde) argumenta que, puesto que la transmisión del Covid ha aumentado en las últimas semanas, las personas mayores hace tiempo que recibieron el último refuerzo de la vacuna y "no se hacen test" a la población –los expertos se guían por las estimaciones, las aguas residuales y las hospitalizaciones–, tendría sentido adoptar esta medida de forma preventiva e incluso, si se sigue observando este aumento, se podría implementar "también en las residencias".
No obstante, Cañelles también entiende que la gente pueda estar cansada de esta obligación tras tres años de crisis sanitaria. “Creo que hay que hacerse a la idea que cuando haya repuntes de hospitalizaciones habrá que volver a ponérsela en los hospitales y las residencias, que es donde están las personas más vulnerables”, vaticina.
Cabe recordar que ninguna comunidad autónoma ha planteado una vuelta al uso obligatorio de las mascarillas en todos los centros sanitarios de forma coordinada. Estas decisiones se están adoptando a nivel de cada centro, aconsejados, según han dado a entender, por sus Servicios de Medicina Preventiva y de Prevención de Riesgos Laborales.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.