"Las personas mayores de residencias que han sobrevivido a todos estos meses de pandemia son auténticas supervivientes". Así de rotunda se muestra la epidemióloga Maria Victoria Zunzunegui tras analizar el exceso de mortalidad en estos centros sanitarios en España durante los primeros 12 meses de Covid en un informe publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (@EnvejecerCSIC). "Estas personas han logrado superar no solo la primera ola, sino tres, en las que no se han tomado suficientes medidas de control y prevención en las residencias", denuncia la experta en Bioestadística y envejecimiento a 65Ymás. Resalta además que tras el shock de la primera ola, ni los centros, ni las administraciones de muchas comunidades han sabido reaccionar a la segunda y la tercera sacudida del virus.
Más de 30.000 muertos "que se podrían haber evitado"
Tal como demuestra en su informe publicado por el CSIC, en España se han producido un total de 30.117 fallecimientos en residencias desde que empezó la pandemia en marzo de 2020 hasta el 28 de febrero de 2021 – la mayoría en la primera ola con 20.129 muertos hasta mayo–, según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad. "Esto supone el 43,3% del total de la mortalidad por Covid de toda España, pese a que solo el 1% de la población son mayores que viven en residencias", lo cual, considera la experta, debería llevar a una reflexión sobre si estas muertes se podrían haber evitado. "Yo creo que no ha habido voluntad política para proteger a los mayores en las residencias", apunta.
Y va más allá ya que considera que los 30.000 fallecimientos en residencias reconocidos por el Gobierno en el primer año de pandemia son una subestimación y que su cifra real podría ser mucho mayor. "No tenemos los datos suficientes para calcularlo, pero estimamos que algunos factores como la falta de pruebas diagnósticas durante la primera ola y que algunas comunidades como la de Madrid no han contabilizado las muertes de residentes que se producían en hospitales, sino solo los que morían en residencias, podrían aumentar esta cifra", explica Zunzunegui. Así estima que durante la primera ola los fallecidos en hospital podrían añadir 2.500 muertos, solo en Madrid, a los que habría que sumar el resto de las olas.
Una vez que entra el virus en estos centros, se propaga rápidamente
Otra de las conclusiones del estudio es que una vez el virus entra en una residencia se propaga rápidamente y causa gran mortalidad. "Esta puede alcanzar el 35% de las personas infectadas y aumenta rápidamente en edades avanzadas", según explica Zunzunegui tras analizar la prevalencia de infección en este grupo de alto riesgo de mortalidad frente al resto de la población, basado en la metodología del Instituto Norteamericano de Sanidad que analiza la precisión de la protección frente al Covid.
"A pesar de que desde hace tiempo se vienen denunciando las graves deficiencias existentes en los centros de Mayores de nuestro país, solo en algunas residencias se han instaurado medidas de prevención: pruebas de infección activas semanales o al menos quincenales a trabajadores, formación en la utilización de equipo de protección individual, sistemas de vigilancia epidemiológica diaria con análisis y monitorización diarios, y puesta en marcha de planes de contingencia", concluye por lo que considera que durante la primera y la segunda ola no se ha cambiado nada.
Exceso de mortalidad en las 17 comunidades autónomas
Fuente: Maria Victoria Zunzunegui
Según los datos del estudio, la mortalidad por Covid-19 varía dependiendo de la CCAA. Entre las que peor lo han hecho destacan Madrid con un mayor exceso de mortalidad frente a la esperada del 52,9%, Castilla La Mancha de 27,9%, La Rioja con 22% y Navarra con 20,9%. El caso de la Comunidad se debe en opinión de Zunzunegui a "los protocolos de exclusión de la atención a los residentes enfermos que tenían deterioro cognitivo o discapacidad motriz desde mediados de marzo hasta mediados de abril", según la epidemióloga.
En el otro extremo, "las residencias de Canarias donde han fallecido por Covid-19 muchas menos personas de las que cabría esperar. Concretamente han fallecido 80 personas cuando se esperaría que hubieran fallecido 571, es decir hay un defecto de 491 defunciones que corresponden a un 86%. También se observan menos defunciones de las que se podría esperar por el volumen de plazas en Galicia, Cantabria, Asturias, Andalucía, Islas Baleares, País Vasco y Murcia", calcula el estudio, que vincula estos datos con la calidad de gestión de la pandemia por parte de las administraciones.
España, uno de los países que menos ha protegido a los mayores de 70 años
La epidemióloga resalta también que en la comparativa internacional "España ha sido uno de los países que menos ha protegido a los mayores de 70 años y a las personas cuyo domicilio durante la primera ola de la pandemia". Es lo que se extrae de un análisis elaborado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en California entre 17 países del entorno de la OCDE y que mide el índice de protección de los grupos de riesgo frente a los que no lo son basado en estudios de seroprevalencia. El mejor blindaje se observó en Corea del Sur y se consiguió un blindaje modesto en Israel, Eslovenia, Alemania y Dinamarca. Mientras que en Bélgica, Reino Unido y España, los residentes de residencias se infectaron con mucha más frecuencia que el resto de la población, y en Hungría y Suecia no hubo ningún tipo de protección.
En conclusión, "la falta de protección ha causado muertes prevenibles y prematuras en todas las comunidades de España, pero hay grandes diferencias tanto entre CCAA como entre países, que distinguen el buen hacer del mal hacer. Es urgente explicar lo ocurrido para que no se repita", urge Zunzunegui, quien pone el ejemplo de Canadá, país en el que ella ha vivido e investigado durante años, en el que la prevalencia del virus en residencias llegó al 80% durante la primera ola, y que tras tomar medidas, consiguieron que su presencia fuese anecdótica en pasado verano. "Es hora de que las autoridades escuchen a la ciencia y a los epidemiólogos".
La esperanza de la vacuna
Preguntada sobre cómo ve la situación actual de las residencias donde se ha completado el proceso de vacunación, Zunzunegui considera que "la vacuna se ha demostrado como una herramienta extremadamente eficaz contra el virus ya que reduce de manera significativa la probabilidad de que las personas se agraven o mueran". "Se siguen infectando, pero no mueren, y eso ya es mucho". Aún así llama a no bajar la guardia ya que "todavía no sabemos qué pasará con las nuevas variantes, ni podemos ser triunfalistas en el medio y largo plazo en las residencias porque no se ha hecho un esfuerzo real en control y prevención de la Covid en estos centros".
"En este sentido no ha cambiado nada", insiste, en relación a la diversidad de protocolos que existen entre residencias de diferentes comunidades. "Unas permiten las visitas y otras, no hay protocolos comunes, ni planes de contingencia ante un mayor riesgo, igual que tampoco existían cuando entraba una infección desconocida antes del Covid. En ese aspecto no hemos aprendido nada". Por eso invita a aprovechar el acuerdo científico sobre algunos aspectos para atajar la pandemia. "No es la primera epidemia que vivimos, saben qué hay que hacer, pero las autoridades no nos escuchan", lamenta.